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No
es raro que el m�dico que trabaja en �reas de cuidados cr�ticos sienta a
veces que le molesta determinado paciente o su familia. En estos casos, le
cuesta acercarse a la habitaci�n ocupada por este paciente, duda acerca de
c�mo encarar el di�logo, del qu� y el c�mo transmitir las noticias sobre su
estado y la evoluci�n de su enfermedad. En relaci�n a esta situaci�n, no
del todo infrecuente en los servicios de Cuidados Intensivos, est�
demostrado que en algunos casos, la elecci�n de la carrera m�dica, la hacen
individuos con rasgos obsesivos en relaci�n a la poblaci�n general. Suelen
tener m�s miedo a la muerte, sensaci�n �sta, adquirida aun antes o durante
la formaci�n m�dica. La atenci�n del paciente grave en particular,
despierta el temor a la propia enfermedad. Esta atenci�n produce un impacto
f�sico y emocional que puede llevar a una respuesta ps�quica desmedida,
sobre todo cuando el trabajo excede la capacidad del m�dico para
enfrentarlo y solucionarlo de manera efectiva. En estas condiciones se
vuelve m�s propenso a somatizar, automedicarse y abusar del alcohol y los
f�rmacos, en especial sedantes.
En 1979 Maslah describe el t�rmino burn out (quemado) como el agotamiento
en profesionales de servicios humanos, producido por la excesiva demanda
f�sica y emocional. Si bien el principal s�ntoma es la p�rdida de la
autoestima, no es extra�o encontrar otros s�ntomas como cefalea, fatiga,
insomnio, malestar digestivo, irritabilidad, depresi�n o conductas
adictivas.
El burn out es progresivo y deteriora el comportamiento, la afectividad y
la vida personal del m�dico, convirti�ndolo en un elemento perturbador de
la asistencia. En muchas ocasiones el m�dico comprometido termina dejando
la especialidad o incluso la profesi�n, orientando su vida hacia otros
campos de la actividad intelectual, generalmente relacionados con las artes
pl�sticas o la m�sica.
Para prevenir este s�ndrome es necesario instrumentar horarios razonables,
el trabajo en parejas, accesibilidad a la consulta con los m�dicos de m�s
experiencia, la rotaci�n dentro de la unidad en �reas de menor exposici�n
emocional, las reuniones frecuentes con los m�dicos de planta y el jefe de
sala, donde puedan expresarse los conflictos personales que la asistencia
produce y en algunas instancias, la ayuda psicol�gica y el cambio de
especialidad como soluciones a esta enfermedad de los m�dicos
intensivistas.
Dr. Jorge N. Mercado
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