SOCIEDAD
 DE MEDICINA INTERNA
 DE BUENOS AIRES

           Revista de la Sociedad de Medicina Interna
          de Buenos Aires

Accidente Cerebro Vascular
 Dr. Carlos Antonio Bargiela - Dra. Mar�a del Mar G. Bargiela

Glosario de abreviaturas

Introducci�n

Los autores hemos realizado un trabajo de investigaci�n cl�nica de un a�o en un servicio de cl�nica m�dica del Hospital General de Agudos Parmenio Pi�ero de la Ciudad de Buenos Aires (Unidad 11), en el cual revistamos. Arribamos a la conclusi�n de que el Accidente Cerebro Vascular (ACV) o stroke se encuentra entre las cuatro patolog�as prevalentes en el servicio y que el seguimiento de la atenci�n del paciente, luego de padecido el ACV, pasa a ser una patolog�a prevalente en el consultorio externo del hospital, en especial en los primeros seis meses posteriores al stroke, en donde se juega el porvenir del paciente portador de esta patolog�a.
Recordemos que el ACV representa un problema cotidiano, m�dico, social y econ�mico, m�s all� de ser una enorme carga tanto para el paciente, para la familia, como para la sociedad. 

Motivaci�n

El ACV es la tercera causa de muerte en pa�ses industrializados (luego de las enfermedades cardiovasculares y el c�ncer). Es tambi�n la segunda causa de muerte en el grupo et�reo mayor de 85 a�os y es la primera causa de invalidez en el mundo.
Tenemos en cuenta que se trata de una patolog�a prevenible y previsible. Como m�dicos, queremos enfocar nuestro trabajo m�s a la prevenci�n que al tratamiento de las secuelas.

Objetivo

Con este trabajo pretendemos estimular a los m�dicos, en la pr�ctica diaria del consultorio, a difundir entre sus pacientes los s�ntomas premonitorios que pueden evitar la patolog�a y sus factores de riesgo. 

M�todo

El presente trabajo se llev� a cabo aplicando el m�todo estad�stico y de b�squeda y an�lisis de bibliograf�a espec�fica sobre esta enfermedad. 
Se tom� la informaci�n registrada en las distintas historias cl�nicas de los pacientes que padecieron dicha patolog�a en la Unidad 11 de Cl�nica M�dica del Hospital P. Pi�ero de la Ciudad de Buenos Aires durante el per�odo de un a�o entre Agosto de 1999 y Julio de 2000.
La Unidad 11 antes mencionada consta de 20 camas, originalmente destinadas todas a internaci�n de varones, habi�ndose destinado 4 camas desde Enero de 2000 a la internaci�n de mujeres.

Definiciones

Las enfermedades que afectan la circulaci�n cerebral suelen manifestarse por episodios de car�cter agudo. Existe una cierta controversia sobre la nomenclatura m�s id�nea para designarlas. Se utilizan tanto las denominaciones de accidente vascular cerebral (AVC) o accidente cerebro vascular (ACV), como las m�s imprecisas de ictus (afectaci�n aguda) o apoplej�a (par�lisis aguda), que han sido sancionadas por la pr�ctica, tanto en espa�ol como en ingl�s, en el que se emplea el t�rmino stroke (�golpe�).

Desarrollo

Analizando los distintos diagn�sticos de egreso, como es el caso del ACV, DBT, TBC y Alcoholismo.(tabla1)
El gr�fico 1 muestra lo que se relat� anteriormente:
La patolog�a card�aca encabeza nuestra estad�stica, seguida por la respiratoria y la oncol�gica.
Se observa que el 10% de las internaciones fueron debidas a ACV.
Creemos que controlando los factores de riesgo modificables (hipertensi�n, diabetes, dislipidemia, alcoholismo, tabaquismo, stress, etc.), se podr�a reducir la incidencia de esta patolog�a en nuestra poblaci�n. Pero recordemos que hay tambi�n otros factores de riesgo no modificables (edad, sexo y raza).

GRAFICO 1


Resultados

A partir del estudio se observ� la alta frecuencia de ciertos factores de riesgo que pueden ser modificados: HTA, DBT, Dislipidemias, AIT y/o ACV previos, alcoholismo, tabaquismo, stress, enfermedades card�acas, obesidad, sedentarismo, cefaleas.
Como factores de riesgo principales se observaron el tabaquismo y la HTA (presentes en el 80 % de los casos), seguidos por alcoholismo (60%) y sedentarismo (50% de los pacientes). Estos cuatro causantes de ACV representan el 54% del total de las observaciones.(tabla 2)

Epidemiolog�a

Es el 10 a 12% de la mortalidad en pa�ses industrializados.
Es la 3ra causa de muerte y la 1ra causa de invalidez.
El 88% de los casos ocurren en personas mayores de 65 a�os.
Hay una mayor incidencia en poblaci�n masculina (1.1 a 2.2%).
Mayor incidencia en poblaci�n afro-americana que en anglosajones. Por ejemplo, si tomamos:

Generalidades

Seg�n la O.M.S.,la enfermedad cerebro vascular es el desarrollo r�pido de signos cl�nicos de disturbios de la funci�n cerebral o global, con s�ntomas que persisten 24 horas o m�s, o que llevan a la muerte con ninguna otra causa evidente que el origen vascular. 
Esto si bien incluye la hemorragia subaracnoidea, excluye los accidentes isqu�micos transitorios, los hematomas subdurales y los infartos isqu�micos de otra etiolog�a (embolias s�pticas o neopl�sicas).
Todo eso sin duda va a influir en un subregistro de esta patolog�a en los estudios epidemiol�gicos que consideren esta definici�n de ACV.
La enfermedad cerebro vascular puede presentarse de dos formas: 
� Una forma hemorr�gica, que representa el 15% de los casos, y que a su vez, dependiendo de su extensi�n y localizaci�n puede ser un hematoma intraparenquimatoso (HIC), hematoma lobar o una hemorragia subaracnoidea (HSA). Del 15% que representa la forma hemorr�gica, un 9% corresponde a HIC y un 6% a HSA. 
La hemorragia cerebral que con mayor frecuencia determina ictus es la intraparenquimatosa, cuyo agente etiol�gico m�s importante es la hipertensi�n arterial que, por diversos mecanismos, provoca la rotura de una arteria (en general de peque�o calibre). Tambi�n diversas malformaciones vasculares (angiomas, telangiectasias) son responsables de un peque�o porcentaje de ellas, sobre todo en individuos j�venes. En raras ocasiones son tumores vascularizados (meningioma) o agresivos (melanoma) los causantes de esta enfermedad. La hemorragia cerebral intraparenquimatosa con frecuencia se abre al sistema ventricular o al espacio subaracnoideo.
Hemorragia subaracnoidea: su apariencia cl�nica no es la de ictus sino un cuadro caracterizado por cefalea aguda, rigidez de nuca o alteraciones del nivel de conciencia (aunque son posibles otras presentaciones). En ocasiones, a este cuadro se a�ade un d�ficit neurol�gico focal, que se produce cuando la hemorragia se introduce en el par�nquima cerebral y/o cuando a la hemorragia subaracnoidea se asocia una isquemia cerebral focal por vasoespasmo de las grandes arterias intracraneales (car�tida, cerebral media). La causa conocida de sangrado subaracnoideo m�s frecuente es la rotura de un aneurisma arterial.
Infarto hemorr�gico cerebral: sobre la lesi�n isqu�mica se produce un fondo hemorr�gico por alteraci�n de la barrera hematoencef�lica en una zona de reperfusi�n, generalmente tras la lisis del �mbolo.
� Una forma isqu�mica, que representa el 85% de los casos, siendo sus etiolog�as las siguientes:
- 20% es por arteriosclerosis (Hipoperfusi�n - 
Embolia de origen aterog�nica).
- 20% es por Embolismo card�aco (Fibrilaci�n 
auricular - Enfermedad vascular Tromboemb�lica).
- 25% es por enfermedad de Arterias Penetrantes 
que determinan Infarto Lacunar.
- 30% es criptogen�tico (no se determin� la etiolog�a).
- 5% son inusuales (Estados protromb�ticos � 
Disecciones � Arteritis � Drogas).

Si sumamos las causas cardiovasculares probablemente producidas por arteriosclerosis, arteriosclerosis de las arterias penetrantes  y embolismo card�aco vemos que la arteriosclerosis es responsable del 60-70% del ACV isqu�mico.
Los factores de riesgo vascular y la situaci�n cl�nica del paciente nos ayudan a definir la diferencia entre isquemia y hemorragia cerebral, pero tambi�n es necesario realizar una TAC dado que existe un margen de 10-15% de error si se utilizan solo los datos cl�nicos.
Los episodios repetidos, la isquemia de otros territorios vasculares (coraz�n o extremidades) o la presentaci�n oscilante o progresiva son elementos sugestivos de isquemia. La hipertensi�n arterial es el gran factor de riesgo vascular cerebral, pero obliga siempre a pensar en la posibilidad de hemorragia cerebral.
Es indudable que los estudios por im�genes, tanto la TAC como la RNM, y el ecodoppler craneano, han mejorado notoriamente el diagn�stico del accidente cerebrovascular impactando decisivamente en la terap�utica precoz, y por lo tanto en la sobrevida y en el n�mero de secuelas del paciente.
Los episodios vasculares isqu�micos reciben otras denominaciones basados b�sicamente en el tiempo de instalaci�n de la lesi�n, pero tambi�n en algunos casos por caracter�sticas particularmente distintas tenemos que la enfermedad vascular isqu�mica, o sea 85% de los casos, puede dividirse en:

1- Accidente Isqu�mico Transitorio (AIT)
2- Defecto Neurol�gico Isqu�mico Reversible (DNIR)
3- ACV Isqu�mico en Evoluci�n o Completo
4- Infarto Lacunar

1) Los accidentes isqu�micos transitorios son una entidad de Diagn�stico Cl�nico. Son una disfunci�n neurol�gica focal, la duraci�n usual de los mismos es de quince minutos a dos horas. Pueden darse en cualquier territorio arterial cerebral. Su presencia aumenta significativamente el riesgo de un ACV completo o establecido. Las alteraciones neurol�gicas difusas no deben aceptarse como evidencia de accidente isqu�mico transitorio.
2) Defecto neurol�gico isqu�mico reversible es un trastorno neurol�gico agudo cuyas manifestaciones cl�nicas no exceden las tres semanas. Es poco intenso, habitualmente se denomina ACV leve o ACV poco intenso y las manifestaciones tienden a durar aproximadamente siete d�as con recuperaci�n ad integrum de las mismas.
3) ACV establecido es cuando el defecto neurol�gico de origen vascular persiste m�s de tres semanas dejando secuelas. 
Para el ACV en evoluci�n no hay consenso horario establecido aunque habitualmente se utiliza cuando la progresi�n de las lesiones evoluciona con un tiempo superior a las 24 horas.
La mayor�a de los ACV se instalan entre una y dos horas, pero hay grupos que pueden tardar d�as en manifestarse. Tambi�n vemos que entre un AIT y el ACV en evoluci�n, hay una tendencia a la similitud en cuanto al desarrollo temporal, sin embargo la presencia de secuela o no, hace la diferencia entre un defecto isqu�mico transitorio y un ACV en evoluci�n.
4) El infarto lacunar corresponde a peque�os infartos profundos causados por hipertensi�n y enfermedad de peque�os vasos (hialinosis o lipohialinosis). Una laguna no es m�s que una cavidad resultante de un peque�o ACV profundo. Existen dos teor�as acerca del origen de esta patolog�a. Una habla de una arteriopat�a degenerativa (hialinosis) asociada a HTA y la segunda teor�a habla acerca de infartos isqu�micos de arteriolas cuyas caracter�sticas como la profundidad y su evoluci�n anatomopatol�gica y en im�genes le dan un matiz particular. En el infarto lacunar a los macr�fagos les toma aproximadamente tres semanas la reabsorci�n del tejido necr�tico para formar una laguna. Durante el tiempo en que esta laguna se est� produciendo, las im�genes por RMN o TAC no son patognom�nicas de infarto lacunar. La concepci�n del origen degenerativo de los vasos y del infarto lacunar ha provocado que en algunos centros no se realicen terap�uticas de prevenci�n, aparte del control adecuado de la tensi�n arterial, con los riesgos que implica obviar una enfermedad arteriovascular severa.

Tabla 1

Sala 11 Servicio de Cl�nica M�dica Hospital P. Pi�ero Estadistica  de Internaciones ago/99 - jul/00

Causas N� de casos Frecuencia
Aparato Cardiovascular 48 26 %
Aparato Respiratorio 26 14 %
Oncol�gicos 21 11 %
Accidente Cerebro Vascular 18 10 %
Sistema Nervioso 17 9 %
Alcoholismo 14 7 %
Aparato Digestivo 11 6 %
Tuberculosis 11 6 %
Traumatismos 9 5 %
Diabetes 7 4 %
Deshidrataci�n 4 2 %
Colagenopat�as 1 1 %
Totales 186 100 %

Tabla 2

Sala 11 Servicio de Cl�nica M�dica Hospital P. Pi�ero 
Estadistica  de Internaciones ago/99 - jul/00

Factores de riesgo N� de Casos Incidencia Frecuencia
Poblaci�n evaluada 18 100 %  
HTA 16 89 % 16 %
Tabaquismo 15 83 % 15 %
Sedentarismo 12 67 % 12 %
Alcoholismo 10 56 % 10 %
Enf. Cardiaca 9 50 % 9 %
Stress 7 39 % 7 %
DBT tipo II 7 39 % 7 %
Dislipidemia 5 28 % 5 %
ACV Previo 4 22 % 4 %
Obesidad 4 22 % 4 %
Otras 4 22 % 4 %
Fibrilaci�n Auricular 3 17 % 3 %
Cefaleas 2 11 % 2 %


ANATOM�A PATOL�GICA 

Encefalopat�a isqu�mica (Hip�xica)
Microsc�picamente, el cerebro est� tumefacto, las circunvoluciones est�n ensanchadas y los surcos estrechados. La superficie del corte muestra una mala demarcaci�n entre la sustancia gris y la blanca. Las alteraciones histopatol�gicas que se producen en la encefalopat�a isqu�mica pueden agruparse en tres grandes categor�as. Las alteraciones iniciales, que se producen entre 12 y 24 horas despu�s de la lesi�n, consisten en una modificaci�n aguda de las c�lulas neuronales (neuronas rojas), caracterizada primero por una microvacuolizaci�n, luego por una eosinofilia del citoplasma neuronal, y posteriormente por una picnosis nuclear y cariorrexis. Adem�s se producen unas modificaciones agudas similares algo m�s tarde en los astrocitos y la oligodendrogl�a. Las c�lulas piramidales del sector de sommer (CAI) del hipocampo, las c�lulas de Purkinje del cerebelo y las neuronas piramidales del neoc�rtex son las m�s vulnerables a la lesi�n irreversible. Las alteraciones subagudas, que se producen entre las 24 horas y las dos semanas, consisten en necrosis del tejido, entrada al macr�fago, proliferaci�n vascular y gliosis reactiva. La reparaci�n, que se observa a partir de las dos semanas, se caracteriza por la eliminaci�n de todo el tejido necr�tico, la p�rdida de la estructura del S.N.C. con una organizaci�n normal y la gliosis. En la corteza cerebral, la p�rdida neuronal y la gliosis dan lugar a una destrucci�n desigual del neoc�rtex, con preservaci�n de algunas capas y afectaci�n de otras en un patr�n al que se da el nombre de necrosis (pseudo) laminar.
Los infartos de zona lim�trofe o de l�nea divisoria son �reas cuneiformes de necrosis de coagulaci�n que aparecen en las zonas del cerebro y la m�dula espinal situadas en los lugares m�s distantes de la irrigaci�n arterial. En los hemisferios cerebrales, la zona lim�trofe entre el territorio de la arteria cerebral anterior y la cerebral media parece ser la de mayor riesgo. Una afectaci�n de esta zona da lugar a una lesi�n parasagital lineal.

Infarto Cerebral

El aspecto macrosc�pico de un infarto no hemorr�gico se modifica a lo largo del tiempo. Durante las seis primeras horas de lesi�n irreversible es poco lo que puede apreciarse macrosc�picamente. A las 48 horas el tejido adquiere un aspecto p�lido, blando y tumefacto, y la uni�n corticomedular deja de ser claramente identificable. Entre los dos y los diez d�as el cerebro adquiere una consistencia gelatinosa y friable, y el l�mite que hasta entonces era poco definido entre el tejido normal y el anormal se delimita con mayor claridad a medida que se resuelve el edema del tejido adyacente que ha sobrevivido. Entre los diez d�as y las tres semanas el tejido sufre una licuefacci�n y finalmente es eliminado, dejando una cavidad llena de l�quido y revestida por un tejido de color gris oscuro, que se expande gradualmente a medida que se va eliminando el tejido muerto.
Microsc�picamente, pasadas las primeras doce horas, predomina la alteraci�n neuronal isqu�mica (neuronas rojas) y el edema. Se pierden las caracter�sticas de tinci�n habituales de las estructuras de la sustancia blanca y gris. Las c�lulas endoteliales y gliales, principalmente astrocitos, se hinchan, y las fibras mielinizadas empiezan a desintegrarse. Durante las primeras 48 horas aumenta progresivamente la emigraci�n de los neutr�filos, para luego disminuir. Las c�lulas fagoc�ticas que tienen su origen en monocitos circulantes, histiocitos de la adventicia y microgl�a activada, son evidentes al llegar a las 48 horas y pasan a ser el tipo celular predominante en las dos o tres semanas siguientes. Los macr�fagos se llenan de productos de degradaci�n de la mielina y/o sangre, y pueden persistir en la lesi�n durante meses o a�os. A medida que evoluciona el proceso de licuefacci�n y fagocitosis, los astrocitos de los bordes de la lesi�n aumentan progresivamente de tama�o, se dividen y desarrollan una amplia red de extensiones protoplasm�ticas.
Pueden observarse ya astrocitos reactivos una semana despu�s de la lesi�n. Pasados varios meses, el notable aumento de tama�o nuclear y citoplasm�tico empieza a ceder. En la pared de la cavidad, las extensiones de los astrocitos forman una densa trama de fibras gliales mezcladas con nuevos capilares y algunas fibras de tejido conjuntivo perivascular. En la corteza cerebral la cavidad queda separada de las meninges y el espacio subaracnoideo de forma bien delimitada por una capa de tejido gli�tico, que procede de la capa molecular de la corteza. La piamadre y la aracnoides no se ven afectadas y no intervienen en el proceso de cicatrizaci�n. A pesar de esta cronolog�a, los signos de lesi�n isqu�mica de las c�lulas nerviosas y la gl�a, y la infiltraci�n de c�lulas inflamatorias, son m�s variables que las que se observan en �rganos inferiores (por ejemplo el coraz�n), lo cual hace que la dotaci�n de las lesiones isqu�micas del SNC seg�n los datos histol�gicos resulte muy imprecisa.
El cuadro microsc�pico y su evoluci�n en el infarto hemorr�gico son paralelos a los del infarto isqu�mico, con la caracter�stica adicional de la extravasaci�n y reabsorci�n hem�tica.
En los pacientes anticoagulados, los infartos hemorr�gicos pueden asociarse a hematomas intracerebrales extensos. Los infartos venosos son con frecuencia hemorr�gicos y pueden producirse despu�s de una oclusi�n tromb�tica del seno sagital superior, en otros senos, o tras la oclusi�n de venas cerebrales profundas. El carcinoma, las infecciones localizadas u otros trastornos que dan lugar a un estado de hipercoagulabilidad colocan a los pacientes en una situaci�n de riesgo de trombosis venosa e infarto.


Hemorragia hipertensiva 
pontina


Infarto antiguo cavitado, del territorio central superficial de la arteria cerebral media izquierda


Hemorragia cerebral masiva hipertensiva (en sitio t�pico: put�mico. capsular)

Hemorragia Intraparenquimatosa

Macrosc�picamente las hemorragias agudas se caracterizan por una extravasaci�n de sangre con compresi�n del par�nquima adyacente. Las hemorragias antiguas presentan una zona de destrucci�n cavitaria del enc�falo, con un borde que tiene una coloraci�n marr�n. Al examen microsc�pico, la lesi�n inicial se identifica por un n�cleo central de sangre coagulada, rodeado por un margen de tejido cerebral que presenta alteraciones neuronales y gliales an�xicas as� como edema. Posteriormente el edema se resuelve, aparecen macr�fagos cargados de pigmento y de l�pidos y se observa una proliferaci�n de astrocitos reactivos en la periferia, con la misma secuencia temporal que la observada tras un infarto cerebral.
Las alteraciones histol�gicas subyacentes en los vasos de la enfermedad vascular cerebral hipertensiva afectan fundamentalmente a las arterias penetrantes de la corteza, los ganglios basales y el tronco encef�lico que tienen un calibre de 75 a 400 um. Son similares a las observadas en otros �rganos.
Las hemorragias lobulares no presentan una correlaci�n tan clara con la hipertensi�n. Pueden aparecer en el contexto de una di�tesis hemorr�gica, neoplasias o una angiopat�a amiloidea. En esta �ltima se deposita amiloide dentro de las paredes de las arterias peque�as de la corteza cerebral y en las leptomeninges, con una cierta predilecci�n por el l�bulo occipital. Habitualmente los vasos de la sustancia blanca y los n�cleos profundos no est�n afectados. El dep�sito de amiloide es bioqu�micamente id�ntico al que se observa en la enfermedad de Alzheimer.

Hemorragia Subaracnoidea

Un aneurisma saculado sin ruptura es un divert�culo de paredes finas situado en un lugar de ramificaci�n arterial a lo largo del pol�gono de Willis o de vasos importantes que tienen su origen en �l.
Los aneurismas saculados miden entre unos pocos mm y 2 � 3 cm, y tienen una superficie roja y brillante, y una pared fina y trasl�cida. La localizaci�n de la ruptura suele ser f�cilmente identificable. A veces se observan placas ateromatosas, calcificaciones u oclusiones tromb�ticas del saco aneurism�tico. La presencia de una coloraci�n marr�n en el cerebro y las meninges adyacentes es indicativa de una hemorragia previa. El cuello del aneurisma puede ser ancho o estrecho. La ruptura suele producirse en el v�rtice del saco aneurism�tico. La pared arterial adyacente al cuello del aneurisma presenta a menudo un cierto engrosamiento de la �ntima y una atenuaci�n gradual de la media al aproximarse al cuello. En �ste, suele haber una ausencia o una fragmentaci�n de la l�mina el�stica interna y la pared muscular, y la pared del saco aneurism�tico est� formada por una �ntima hialinizada y engrosada. La adventicia que recubre al saco est� en continuidad con la de la arteria de la que �ste procede.

Malformaciones Vasculares

Las malformaciones vasculares afectan a vasos del espacio subaracnoideo, que se extienden al par�nquima cerebral, o pueden darse en el interior del cerebro. Macrosc�picamente su aspecto es el de una pared enmara�ada de conductos vasculares vermiformes. Al examen microsc�pico, est�n formadas por unos vasos sangu�neos muy agrandados y separados por un tejido gli�tico, a menudo con signos de hemorragias previas. Algunos vasos pueden ser identificados como arterias con una duplicidad y fragmentaci�n de la l�mina el�stica interna, y otros con un notable engrosamiento, sustituci�n parcial de la media por un tejido conjuntivo hialinizado, o ambas cosas, pero no pueden ser clasificados con mayor precisi�n.

FISIOPATOLOG�A 

Como es sabido, la arteriotrombosis es una enfermedad global. Desde que nacemos se est�n formando dep�sitos lip�dicos en la pared de los vasos, que indudablemente despu�s desarrollan una placa arterioscler�tica compuesta fundamentalmente por l�pidos, c�lulas del m�sculo liso, una capa fibrosa que las recubre y col�geno. Durante este per�odo de evoluci�n se van afrontando algunos factores de riesgo, entre los cuales el m�s importante es el aumento de la edad. Este desarrollo progresivo de la placa arterioscler�tica va acompa�ado de un silencio cl�nico inicial hasta la aparici�n de signos de alarma cuando la placa est� establecida. Estos pueden debutar en distintos territorios, como ser en el coronario, para producir una angina de pecho, en una arteriopat�a perif�rica, produciendo claudicaci�n intermitente y en el territorio cerebral, produciendo un accidente isqu�mico transitorio.
Cuando la placa fibrosa que recubre a la placa de arteriosclerosis se rompe, ya sea por el crecimiento o bien por acci�n de los macr�fagos, estamos ante la posibilidad de la ruptura y fisura de la placa lip�dica. Se puede generar una trombosis local y producir �mbolos de origen graso o bien de origen rojo sangu�neo. En este momento, cuando se produce la lesi�n isqu�mica del territorio afectado, ya sea a nivel coronario causando infarto de miocardio, a nivel de la arteriopat�a perif�rica causando isquemia de miembros inferiores, o a nivel cerebral causando un ACV completo establecido, o bien la muerte de origen cardiovascular.
Hay que tener en cuenta tres condiciones fundamentales para la fisiopatolog�a de enfermedad cerebro vascular: la tensi�n parcial de ox�geno, el flujo sangu�neo cerebral y la glucemia. Las neuronas presentan muy poca reserva de glucosa, as� como de fosfato de alta energ�a, para lo cual necesita un flujo sangu�neo cerebral de casi 60 ml/100g/min. Es evidente que en la isquemia se encuentra ca�da del flujo, de la glucemia y de la tensi�n parcial de ox�geno, produci�ndose lesiones celulares irreversibles (decimos irreversible porque las c�lulas pierden su capacidad de excitaci�n y metab�lica) cuando el flujo sangu�neo cerebral cae por debajo de los 12 ml/100g/min. 
Se conocen distintos tipos de isquemia a nivel cerebral: 
� Isquemia cerebral focal
Es producto de una obstrucci�n arterial-tromb�tica o emb�lica, que habitualmente nunca es completa, ya que existe un llenado parcial por vasos colaterales m�s o menos importante. Esto hace que exista un �rea denominada penumbra isqu�mica, en la que si bien el flujo sangu�neo cerebral es menor al normal (22 ml/100g/min) a�n se preserva la capacidad metab�lica de las c�lulas neuronales. Tambi�n permite conservar las neuronas, y si se supera la causa de la trombosis, recuperarlas. Ya pasado un tiempo (15-30 minutos) la lesi�n se hace irreversible y dependiendo de la extensi�n y localizaci�n de la isquemia focal va a dar, o no, sintomatolog�a cl�nica, como as� tambi�n puede presentar hallazgos, o no, en los an�lisis de im�genes complementarios.
� Isquemia cerebral global
Aparece cuando existe paro card�aco, asistolia, o fibrilaci�n ventricular. Si el tiempo de la isquemia cerebral se prolonga durante 10 segundos, habitualmente no hay recuperaci�n de la conciencia y existe necrosis neuronal selectiva ya que las neuronas a nivel cerebral responden de diferente manera a la isquemia, tienen diferencia en la sensibilidad a la misma (como se mencion� en la descripci�n de anatom�a patol�gica).
� Hipoxemia cerebral difusa
Puede deberse a una disminuci�n de la tensi�n arterial, a falla de la contractilidad card�aca o a una anemia severa. Habitualmente se acompa�a de hipoxemia leve o moderada. Las lesiones no son irreversibles y se establecen mecanismos compensadores poco claros que evitan el da�o cerebral isqu�mico.

Mecanismos �ntimos que la lesi�n isqu�mica severa provoca sobre la neurona
La disminuci�n del flujo provoca disminuci�n de ox�geno y de glucosa a nivel neuronal con ca�da del ATP

Por un lado eso produce una falla de la homeostasis con aumento del �cido l�ctico, aumento de radicales libres y lesi�n glial. Por otro lado, a nivel neuronal se produce alteraci�n de las membranas con despolarizaci�n, aumento del Na+ y el Cl- intracelular y aumento del K+ extracelular. Tambi�n se va a producir un aumento del flujo de Ca++ hacia el interior de la c�lula a trav�s de canales voltaje dependientes. Este Ca++ provoca da�o de la membrana neuronal por peroxidaci�n de los l�pidos, produce aumento de las lipasas, del �xido n�trico sintetasa y de las proteasas que llevan a la prote�lisis, al aumento de radicales libres y a la lip�lisis. A su vez esta alteraci�n y despolarizaci�n de las membranas provoca un aumento de la liberaci�n de neurotransmisores como la noradrenalina y la dopamina, ocasionando un circuito de retroalimentaci�n positiva, y llevando a la auto oxidaci�n neuronal.
La clave del Ca++ y su ingreso a la c�lula es lo que actualmente motiva a realizar muchos estudios para en un futuro, no muy lejano, utilizarlo como neuroprotector, ya que su estabilizaci�n intra y extra celular impedir�a actuar a los mecanismos lipol�ticos y proteol�ticos del da�o celular. 
Los movimientos hidroelectrol�ticos van acompa�ados indefectiblemente de edemas. Estos pueden ser:
Edema intracelular o citot�xico: se da en la propia neurona.
Edema intersticial: se produce a nivel del endotelio vascular y por lo tanto el aumento de la permeabilidad endotelial permite el paso de macromol�culas proteicas al espacio intercelular.
Edema periventricular: refleja la obstrucci�n del flujo de salida del l�quido cefalorraqu�deo, como puede verse en la hemorragia intracerebral o en la subaracnoidea.
Cuando ocurre un edema cerebral aumenta la tumefacci�n cerebral y el l�quido intracerebral, con el consiguiente aumento de la presi�n endocraneana, produciendo mayor da�o neurol�gico y muerte por enclavamiento. El enclavamiento es la causa de muerte en el 33% de los cuadros de ACV isqu�micos y en el 75% de los cuadros de ACV hemorr�gicos.

 


Edema cerebral
Cerebro con circunvoluciones 
aplanadas y surcos estrechado


Edema cerebral Hemisferio derecho tumefacto, sustancia blanca
con leve tinte amarillento


FACTORES DE RIESGO

Dentro de los factores de riesgo de la enfermedad cerebro vascular se pueden identificar dos grupos: los modificables y los no modificables.
Frecuentemente existe una asociaci�n de dos o m�s factores de riesgo. Este hecho lleva a sumar sus efectos en forma geom�trica, y por lo tanto a aumentar el riesgo del paciente de padecer esta enfermedad. (cuadro 1)

Cuadro 1

Los factores de riesgo no modificables Los factores de riesgo modificables (entre par�ntesis factor multiplicador del riesgo)
Edad
es el m�s importante. Se sabe que la incidencia de ACV se duplica cada d�cada despu�s de los 55 a�os de edad.


Sexo
es un 30% m�s frecuente en el hombre que en la mujer.
Predisposici�n gen�tica
es menos importante, aunque 
est� presente.


Raza
hay mayor frecuencia de enfermedad oclusiva extracraneal en la raza blanca y la preferencia de 
lesiones ubicadas en la car�tida supraclinoidea y en la arteria 
cerebral media en la raza negra.

Hipertensi�n arterial (x 6)
es el m�s importante y prevalente de los factores de riesgo. La hipertensi�n no solo se relaciona con infartos cerebrales sino tambi�n con la hemorragia intracerebral.
Enfermedad card�aca (x 5)

infarto, trombo mural, fibrilaci�n auricular, insuficiencia card�aca, enfermedad valvular reum�tica, v�lvulas prot�sicas. La muerte cardiovascular es la causa principal de deceso en los sobrevivientes de ACV, hecho que enfatiza la necesidad de una evaluaci�n card�aca sistem�tica en todos los pacientes con patolog�a cerebrovascular, tengan o no s�ntomas de cardiopat�a.
Diabetes Mellitus (x 2)
es un factor independiente de riesgo para la isquemia cerebral. 
Tabaquismo (x 3)
es un importante factor de riesgo, especialmente para la enfermedad coronaria. El cese de este h�bito reduce r�pidamente el riesgo, y contin�a su declinaci�n hasta alcanzar, a los cinco a�os, el valor de riesgo de ACV de los no fumadores.
Dislipidemias (x 2)
aumentan el riesgo de enfermedad carot�dea ateromatosa.
Alcohol
el consumo moderado (hasta 45 g/d�a) tiene un efecto protector sobre la circulaci�n card�aca y cerebral, pero el exceso produce un efecto inverso a trav�s de fen�menos tales como hemoconcentraci�n, aumento de la viscosidad sangu�nea, arritmias card�acas durante la intoxicaci�n aguda, trombocitosis durante la abstinencia y anormalidades de las funciones plaquetarias.
Aumento de la viscosidad sangu�nea
el flujo de sangre es inversamente proporcional a la viscosidad de la misma. 
Ataque isqu�mico transitorio o ACV previo (x 3)
Estenosis carot�dea (x 2/ x 8)
en el caso de la estenosis carot�dea asintom�tica el riesgo anual es del 1,1% y del 2,3% cuando la estenosis es severa (mayor del 70% de obstrucci�n de la luz arterial). Este riesgo se incrementa 8 veces cuando la estenosis carot�dea es severa y sintom�tica, con presencia de un riesgo del 16,2% por a�o durante los dos a�os posteriores al evento vascular cerebral.
Soplo carot�deo sintom�tico
es un importante marcador de enfermedad ateromatosa, pero carece en s� mismo de valor. Su prevalencia aumenta con la edad, la hipertensi�n arterial y la diabetes.
Hormonoterapia (x 2)
la administraci�n ex�gena de hormonas ha sido reconocida como un factor de riesgo adicional para la enfermedad cerebrovascular y card�aca. Si bien el uso de anticonceptivos orales y anab�licos se identifican con una poblaci�n m�s joven, el riesgo persiste con el uso de terapia hormonal sustitutiva durante la menopausia y el tratamiento estrog�nico del c�ncer de pr�stata. Los estr�genos han mostrado poseer un efecto vasoconstrictor sobre el m�sculo liso vascular y favorecer el desarrollo de un estado protromb�tico.
Sedentarismo
su eventual rol en los ACV ha sido sugerido, pero no probado. La inactividad f�sica mostr� tener un correlato positivo con el engrosamiento progresivo de la pared arterial.
Obesidad
ha sido asociada a la aparici�n temprana de fen�menos arterioscler�ticos en la pared de los vasos extracraneanos y favoreciendo la presencia de hipertensi�n arterial e intolerancia a la glucosa.
Otros factores de riesgo son la adicci�n a las drogas, migra�a, y placa ulcerada en la aorta (x 4)


CUADRO CL�NICO Y DIAGN�STICO

Anamnesis

Se ha de precisar el car�cter temporal del d�ficit neurol�gico, ya que en general, los ictus emb�licos y la HSA comienzan de forma brusca. Los tromb�ticos suelen tener esta presentaci�n, pero es frecuente tambi�n un curso cambiante a lo largo de un plazo m�s dilatado de horas e incluso d�as. El HIC debido a hipertensi�n arterial produce un d�ficit firmemente progresivo desde el momento del inicio de los s�ntomas, por un per�odo de minutos a horas. Seg�n el tiempo de persistencia del d�ficit neurol�gico se establecen varias denominaciones: 1) ataque isqu�mico transitorio (AIT): duraci�n inferior a 24 horas; 2) d�ficit neurol�gico isqu�mico reversible (RIND): mayor de 24 horas y menor de 7-14 d�as; 3) ictus establecido: persiste el d�ficit y se producen secuelas; y 4) ictus progresivo: el d�ficit aumenta durante las primeras horas. Hay que descartar mediante el interrogatorio la coexistencia de fiebre, antecedentes de traumatismo craneoencef�lico y presencia de crisis comiciales. Existen circunstancias y s�ntomas acompa�antes que orientan hacia la patolog�a subyacente: 1) cefalea (hemorragia, tumor); 2) disminuci�n del nivel de conciencia (hemorragia, isquemia basilar); 3) v�rtigo, n�useas, v�mitos (hemorragia, isquemia basilar); y 4) relaci�n con la maniobra de Valsalva, ejercicio f�sico intenso, y coito (HSA).

Examen F�sico

Exploraci�n. Tras una r�pida constataci�n cl�nica de la presencia de un d�ficit neurol�gico de perfil ictal, se debe proceder a realizar una exploraci�n general, que incluya necesariamente la auscultaci�n de ambas car�tidas para detectar soplos y la palpaci�n de las arterias temporales. Tambi�n se realizar� una r�pida exclusi�n de signos cl�nicos de di�tesis hemorr�gica, proceso infeccioso, cardiopat�a e hipoglucemia. A continuaci�n se realizar� una exploraci�n neurol�gica reglada que evaluar� las funciones superiores (conciencia, atenci�n, orientaci�n, memoria y lenguaje), los pares craneales, la potencia muscular, los reflejos osteotendinosos normales y patol�gicos, la sensibilidad (termo-alg�sica y posicional), el cerebelo, la estaci�n y marcha, y los signos men�ngeos (sugerentes de HSA). Con los datos que la misma nos facilite se podr� establecer un diagn�stico topogr�fico, que debe realizarse sobre dos grandes localizaciones: supra e infratentorial.

Diagn�stico topogr�fico. Se realizar� en dos tiempos, el primero para definir la localizaci�n de la lesi�n en el SNC, y el segundo para atribuir un territorio vascular a dicha lesi�n.en el SNC, y el segundo para atribuir un territorio vascular a dicha lesi�n.

Supratentorial. Los datos que m�s apoyan esta localizaci�n son la afasia, la agnosia, la apraxia y los defectos campim�tricos (hemianopsia hom�nima)

Infratentorial. Sugieren fuetemente este nivel lesional, la ataxia cerebelosa, s�ndromes alternos con lesi�n de n�cleos ipsilaterales y de v�as largas cruzadas en el tronco del enc�falo, diplop�a, disfagia, disartria,ageusia y alteraci�n de la motilidad lingual.
Signos menos valiosos. Hemiparesia (con o sin asimetr�a en la afectaci�n braquiocrural), hemihipoestesia, s�ndrome de Horner, afectaci�n asim�trica entre orbicular superior e inferior en la motilidad facial.

S�ndromes vasculares.

Una vez orientado el diagn�stico topogr�fico es m�s sencillo realizar una correlaci�n an�tomo-vascular para inferir el posible territorio afectado, en funci�n de dos entidades patol�gicas diferentes:
Macroangiopat�a. Se refiere a la lesi�n de vasos de calibre grande. En este caso se han de considerar las variaciones anat�micas individuales, la posible circulaci�n colateral existente y la presencia o no de lesiones previas para establecer el territorio vascular afectado. Existen dos grandes divisiones:
-Sistema carot�deo: irriga los l�bulos frontal y parietal, los nervios �pticos y la retina y parte del dienc�falo y del l�bulo temporal.
-Sistema v�rtebro-basilar: irriga el cerebelo, tronco del enc�falo, l�bulo occipital y parte del dienc�falo y del l�bulo temporal.
Microangiopat�a. Abarca la afecci�n de las arteriolas penetrantes que se originan de los grandes troncos vasculares. En el 66% de los casos la causa es la lipohialinosis de las mismas como consecuencia de hipertensi�n arterial mantenida. Esta entidad da origen a los infartos lacunares, que pueden ser cl�nicamente silentes o presentar caracter�sticas asociaciones en funci�n de la topograf�a lesional: 1) hemiparesia pura (57%): brazo anterior y rodilla de la c�psula interna y corona radiata; 2) s�ndrome sensitivo-motor (20%): brazo anterior de c�psula interna y corona radiata; 3) ataxia-hemiparesia (10%): trayecto de la v�a motora; 4) hemihipoestesia pura (7%): t�lamo, brazo anterior de c�psula interna; y 5) disartria-mano torpe (6%): brazo anterior y rodilla de la c�psula interna, corona radiata y centros semiovales.
Evaluaci�n de la gravedad del ictus. La gran diversidad de escalas de valoraci�n del accidente cerebrovascular (Barthel, Orgogozo, Canadiense, Pulses), indica la dificultad de obtener un consenso sobre la forma de cuantificar los d�ficit neurol�gicos y las consecuencias que de ellos se originan en la vida del paciente. En general existen dos tipos de escalas: las neurol�gicas y las funcionales. Las primeras proporcionan una valoraci�n sistem�tica del estado del enfermo en el per�odo agudo y cuantifican la gravedad de la afectaci�n cl�nica del paciente. Sin embargo, no se han revelado �tiles como indicadores de pron�stico y evoluci�n, prefiri�ndose para ello las medidas basadas en el estado funcional del individuo, en t�rminos de capacidad para realizar las actividades de la vida diaria. Con las limitaciones referidas y de una forma orientativa podemos aplicar simult�neamente ambos criterios a la hora de considerar la gravedad del ictus, con objeto de definir el grado de asistencia m�dica que requiera el paciente: 1) grave: alteraci�n del nivel de conciencia o de la conexi�n con el medio, incontinencia, disfagia, combinaci�n de d�ficit que indican extensa lesi�n parenquimatosa (plej�a, hemianopsia, desviaci�n oculocef�lica, anestesia, asomatognosia, afasia, ataxia); 2) moderado: limitaci�n relativa en alguno de los aspectos fundamentales de independencia y autocuidado (alimentaci�n, control de esf�nteres, deambulaci�n, comunicaci�n, paresia); y 3) leve: d�ficit neurol�gico que no interfiere con la capacidad de vida independiente (paresia facial, diplop�a, m�nima paresia, cuadrantopsias).

Exploraciones Complementarias

En primer lugar debe realizarse en forma rutinaria un hemograma, bioqu�mica sangu�nea, radiograf�a de t�rax, electrocardiograma y estudio de coagulaci�n, que completar�n la evaluaci�n cl�nica general y pueden facilitar pistas decisivas en relaci�n con el diagn�stico etiol�gico.

S�NTOMAS Y SIGNOS M�S ORIENTADORES DE LA ENFERMEDAD CEREBRO VASCULAR

D�ficit motor Otras disfunciones corticales (amnesia, agnosia, praxia, confusi�n, demencia) Cefalea
D�ficit sensitivo Nauseas y v�mitos 
D�ficit motor y sensitivo Signos men�ngeos
Otras alteraciones motoras (ataxia, incoordinaci�n, temblor) V�rtigo, mareos
Crisis epil�pticas
Otros Babinski, signos de descerebraci�n o decorticaci�n
Alteraciones del lenguaje Compromiso de conciencia

 

S�NTOMAS Y SIGNOS M�S ORIENTADORES DE ISQUEMIA EN LA CIRCULACI�N ANTERIOR

Arteria oft�lmica la lesi�n D�ficit sensitivo contralateral
Ceguera monocular incontinencia Afasia (hemisferio izquierdo)
Arteria cerebral anterior Bradikinesia Hemianopsia
Paresia contralateral Mutismo akin�tico, abulia Desviaci�n oculocef�lica hacia el lado de la lesi�n
(pierna.....> brazo, cara) Arteria cerebral media Apraxia (hemisferio izquierdo)
D�ficit sensitivo contralateral Hemiplejia contralateral (cara, brazo ......> pierna)  
Desviaci�n ocular hacia el lado de    


S�NTOMAS Y SIGNOS M�S ORIENTADORES DE ISQUEMIA EN LA CIRCULACI�N POSTERIOR

V�rtigo Alteraciones visuales S�ndromes alternos.
Ataxia de la marcha Disfagia Paraparesia
Paraparesia Nistagmus Hemianopsia
Diplop�a Par�lisis mirada vertical Disartria
Parestesias Oftalmoplej�a internuclear  

 

S�NTOMAS Y SIGNOS M�S ORIENTADORES DE HEMORRAGIA CEREBRAL HIPERTENSIVA

Hemorragia Putaminal (localizaci�n m�s frecuente) Hemorragia Tal�mica Pupilas peque�as, nistagus Postura de descerebraci�n
Defecto hemisensitivo V y VII Par ipsilateral Hemorragia Lobar
Hemiplejia Hemiparesia Compromiso de conciencia Occipital: Hemianopsia
Defecto hemisensitivo Paralisis mirada hacia arriba Hemorragia Pontina Temporal: Afasia
Hemianopsia hom�nima Afasia fluente (en lesiones izquierdas) Coma Fronto-parietal: S�ndrome hemisensitivo - motor
Pupilas puntiformes
Desviaci�n de la mirada hacia lado lesi�n Compromiso de conciencia Ausencia de reflejos oculocef�licos y oculovestibulares  
Afasia global transitoria (en lesiones izquierdas) Hemorragia Cerebelosa
Cefalea, vomitos, ataxia Tetraplejia

 

S�NTOMAS Y SIGNOS M�S ORIENTADORES DE HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA
Cefalea Fotofobia Babinski bilateral
V�mitos Dorsolumbalgia Hemiparesia
S�ndrome men�ngeo Confusi�n mental Afasia
Compromiso de conciencia Paresia Crural Hemianopsia hom�nima


Tomograf�a computarizada cerebral (TAC). 

Se ha convertido en una prueba de f�cil acceso, aunque s�lo proporciona informaci�n �til para el manejo del enfermo en algo menos de una tercera parte de los casos (28%). Debe considerarse especialmente en los siguientes casos: 1) posibilidad de infarto o hemorragia cerebelosa; 2) exclusi�n de sangrado en situaciones relevantes (pacientes con indicaci�n o en tratamiento con anticoagulantes, candidatos a endarterectom�a); y 3) dudas sobre la certeza diagn�stica. Respecto a las cuatro entidades agrupadas en el s�ndrome ictal, la TAC nos aporta la siguiente informaci�n:
Isquemia cerebral (embolia o trombosis). En este caso puede ser normal hasta las primeras 24 horas, por lo que el diagn�stico cl�nico cobra la m�xima importancia. Se aprecia en fase aguda una hipodensidad superponible al territorio vascular afecto, que puede ejercer efecto de masa por el edema perilesional u ocasionalmente sufrir transformaci�n hemorr�gica. Con el tiempo se produce transformaci�n qu�stica de la zona con efecto de tracci�n sobre los ventr�culos. La TAC puede mostrar peque�as lesiones hipodensas, caracter�sticas de los infartos lacunares. Su valor en los AIT todav�a no est� definido, debiendo realizarse una evaluaci�n individual de cada caso.
Hematoma cerebral. Detecta el 100% en la fase aguda, en la que aparece como lesi�n hiperdensa, homog�nea, intraparenquimatosa, con eventual extensi�n al sistema ventricular, efecto masa o edema asociado. La lesi�n se vuelve isodensa en 3 a 4 semanas y posteriormente hipodensa, asemej�ndose a una lesi�n isqu�mica residual. Si se sospecha patolog�a tumoral subyacente, debe realizarse un estudio con contraste.
Hemorragia subaracnoidea. El 80% de las veces detecta la sangre en las cisternas o surcos cerebrales durante la primera semana. En ocasiones puede localizar el punto sangrante (aneurisma, malformaci�n arteriovenosa) tras la administraci�n de contraste.
Otros. Permite descartar tumores, abscesos y hematomas subdurales. Por otra parte esclarece algunas de las complicaciones neurol�gicas de la evoluci�n de los ictus: edema cerebral y herniaci�n transtentorial, nuevo impacto isqu�mico, transformaci�n hemorr�gica de ictus isqu�mico, resangrado, hidrocefalia e infarto por vasoespasmo en la HSA.
Resonancia Magn�tica Nuclear (RMN). Es el estudio de elecci�n para ver lesiones de fosa posterior y de peque�os vasos
Punci�n Lumbar (PL). Su rentabilidad diagn�stica se centra en la infecci�n del SNC cuando remeda un perfil ictal y en la detecci�n de una HSA, en los casos de alta sospecha cl�nica, con TAC normal. El l�quido cefalorraqu�deo (LCR) en la HSA persiste igualmente hem�tico en tubos sucesivos, presenta un sobrenadante amarillento tras la centrifugaci�n (xantocrom�a), discreta pleocitosis mononuclear y aumento leve de prote�nas, lo que ayuda a diferenciarla de la PL traum�tica.
Doppler. Define si la car�tida est� estenosada (porcentaje de estenosis), si est� trombosada, y el aspecto de las paredes arteriales. El doppler debe ser realizado por gente con experiencia y no sirve para definir si la car�tida est� oclu�da o trombosada. Generalmente esto se definir� con otro estudio, que es la angiograf�a digital.
Angiograf�a. Debe realizarse lo m�s precozmente posible en los casos de HSA. Es el mejor m�todo para la detecci�n de aneurismas y malformaciones arteriovenosas. Se usa tambien  para la evaluaci�n de la estenosis carot�dea extracraneal, susceptible de cirug�a.

Lo m�s �til de esta escala es saber cuando el paciente se encuentra en condiciones quir�rgicas. Los pacientes que se encuentran en los grados I y II son los �nicos que hay que tratar quir�rgicamente en forma inmediata para que no sufran complicaciones. 

En los pacientes que se encuentran en grados IV y V es mayor el riesgo de la angiograf�a y el riesgo quir�rgico, hay que esperar que se establezca el cuadro y reci�n ah� prepararlo para estudio y/o tratamiento quir�rgico. Para los pacientes que se encuentran en grado III depende de la evaluaci�n del neurocirujano.

INSTRUMENTOS DE DIAGN�STICO DE LA ENFERMEDAD CEREBRO VASCULAR

a) Cl�nica d) Elecrocardiograma g) Doppler o Angiograf�a por resonancia o Angiogra�a digital
b) TAC e) Ecocardiograma
c) Laboratorio f) RMN

 

INSTRUMENTOS DE DIAGN�STICO DE LA HEMORRAGIA CEREBRAL HIPERTENSIVA
a) Cl�nica b) TAC c) Laboratorio

 

INSTRUMENTOS DE DIAGN�STICO DE LA HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA
a) Cl�nica Grado II Grado IV
b) TAC Cefalea moderada a severa Sopor o coma superficial
c) Laboratorio S�ndrome men�ngeo Hemiparesia moderada a severa
d) Angiograf�a digital  Sin d�ficit neurol�gico, salvo par�lisis nervio craneal Rigidez de descerebraci�n 
e) Escala cl�nica de Hunt y Hess: Grado III Alteraciones neurovegetativas
Grado I Somnolencia, confusi�n, d�ficit focal leve Grado V
Asintom�tico Coma profundo
Cefalea y s�ndrome men�ngeo leve

 

DIAGN�STICOS DIFERENCIALES DE LA ENFERMEDAD CEREBRO VASCULAR

Neoplasia Meningitis Embolias s�pticas
Hematoma subdural Esclerosis m�ltiple Migra�as
Absceso Hipoglucemias Lesiones estructurales
Encefalitis S�ncope

 

COMPLICACIONES DE LA ENFERMEDAD CEREBRO VASCULAR
Cerebrales Factores Sist�micos
Edema citot�xico herniaci�n Card�acos
Arritmias / Infarto del miocardio / Insuficiencia cardiaca congestiva
Recurrencia del ACV
Envolismo / Trombosis progresiva / Hipoperfusi�n
Fluctuaci�n del d�ficit primario Pulmonares
Neumon�a por aspiraci�n  / Embolismo pulmonar 
Septicemia
Transformaci�n en hemorr�gico
Convulsiones Metab�licas
Alteraciones hidroelectrol�ticas / Hipoglucemia
Renales
S�ndrome de secreci�n inapropiada de hormona antidiur�tica

 

COMPLICACIONES DE LA HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA

Resangrado Cardiol�gicas Hipertensi�n arterial
Vasoespasmo Hipertensi�n endocraneana
Hidrocefalia SIHAD


TRATAMIENTO DEL ACV

� Anamnesis y examen cl�nico neurol�gico 
� TAC de cerebro sin contraste (si es negativa y hay fuerte sospecha de ACV, repetir dentro de las 72 horas)
� ECG y evaluaci�n cardiol�gica 
� RX de t�rax 
� Laboratorio m�nimo inicial: hemograma, glucemia, uremia, recuento de plaquetas, tiempo de protrombina, KPTT, natremia y potasemia (otras determinaciones seg�n sugiera el cuadro cl�nico)
� Asegurar v�a a�rea permeable y corregir la hipoxia
� Asegurar el aporte de l�quidos adecuados, usando la v�a parenteral s�lo en los casos necesarios (trastornos de conciencia o deglutorios) y evitando la colocaci�n en el miembro par�tico. El manejo de fluidos y electr�litos debe ser individualizado en relaci�n con el estado metab�lico, nutricional, cardiovascular y del medio interno del paciente. Se debe evitar el aporte excesivo y sistem�tico de soluciones glucosadas o hipot�nicas, utilizando en su lugar soluciones medio salinas.
� La posici�n cef�lica debe adaptarse en cada circunstancia: elev�ndola a 30� si se sospecha hipertensi�n endocraneana, o sin elevaci�n cuando se sospecha trombosis de una gran arteria.
�La colocaci�n de sonda vesical debe reservarse para aquellos pacientes que presentan retenci�n urinaria o a las mujeres con incontinencia. En el caso de los hombres que presentan incontinencia se aconseja la colocaci�n del colector. 
� La sonda nasoyeyunal debe recomendarse para pacientes con trastornos de conciencia.
� La hipertensi�n arterial es un mecanismo de defensa, por fen�meno de rebote. El cerebro necesita en ese momento tener m�s alta la presi�n, por eso no se debe disminuir la tensi�n arterial, manteni�ndola dentro de un rango (130 a 220 mm Hg de TA sist�lica), siempre que no haya lesi�n de un �rgano blanco.
� La ventana terap�utica que se tiene es menor a 6 horas. Se dan fibrinol�ticos como la uroquinasa y el PTA. La estreptoquinasa se dej� de utilizar por las hemorragias que causaba.
Uroquinasa: v�a intraarterial selectiva, se le hace al paciente un cateterismo, se llega al stroke y se le inyecta la uroquinasa.
PTA: se da por v�a intraarterial e intravenosa (hay una ventana de 3 horas. Se utilizan dosis de 0,9 mg/kg con dosis m�xima de 900 mg, y se inyecta el 10% en bolo y el 90% restante se pasa en una hora, diluido en fisiol�gico).
Hay criterios de inclusi�n y exclusi�n para hacer esto. Paciente que no est� muy afectado, esto significa que si tiene afectada toda la arteria cerebral media o todo el territorio carot�deo no es candidato para esta terap�utica, porque utiliz�ndola es mayor el da�o que se puede causar, que lo que se puede salvar.
� Hay escalas de evaluaci�n de los pacientes en agudo (Escala de Lena-Leich).
� Hay criterios radiol�gicos de exclusi�n: si se ve una TAC con signos tempranos de edema (menor a 3 horas de evoluci�n) paciente que no es candidato de fibrin�lisis, porque el infarto va a ser m�s grande.
� Los neuroprotectores se usan para prolongar la ventana terap�utica. No hay ning�n neuroprotector aprobado (est�n en etapa de experimentaci�n). La nimodipina se utiliza en ACV de menos de 12 horas de evoluci�n en dosis de 120 mg. No suministrar la nimodipina en forma cr�nica.
� Al paciente con patolog�a cardioemb�lica se lo debe anticoagular. Por ejemplo, paciente con F.A. se lo anticoagula en agudo excepto que el paciente tenga deterioro del sensorio o que tenga signos radiol�gicos de infarto muy extenso. Se debe iniciar la anticoagulaci�n con heparina IV o subcut�nea (dosis recomendada 5.000 u cada 12 horas) sin bolo inicial, ya que con el bolo se favorece la transformaci�n hemorr�gica. Se controla con KPTT. Si el paciente tiene indicaci�n de anticoagulantes orales debe mantener un RIN de 2,5 para no tener hemorragia. Hay que controlar la presi�n de estos pacientes.
El miedo de anticoagular a los pacientes es la transformaci�n hemorr�gica.
Los infartos emb�licos son los que m�s frecuentemente tienen transformaci�n hemorr�gica espont�nea. Es importante que el paciente no se pase del rango de anticoagulaci�n y no est� hipertenso. Si no se controlan, se puede provocar un hematoma intrainfarto, no ya una transformaci�n hemorr�gica. Esto s� es grave porque empeora el estado cl�nico. La transformaci�n hemorr�gica no empeora el cuadro del paciente.
� Paciente que no tiene indicaci�n de anticoagulaci�n, se lo antiagrega con 300 mg de AAS por d�a, o con 500 mg de ticlopidina por d�a (se controla con hemogramas cada 15 d�as durante los tres primeros meses por la neutropenia que produce la droga), o con 75 mg de clopidogrel por d�a (no hace falta hacer hemogramas), o con dipiridamol asociado a aspirina.
� Debe evitarse la sedaci�n innecesaria.
� Se recomienda el uso de antipir�ticos para el manejo de la hipertermia.
� Las crisis convulsivas son infrecuentes, por tal motivo no se justifica la medicaci�n anticonvulsiva en forma preventiva.
� El edema cerebral en un infarto se inicia en las primeras horas, alcanzando su m�xima intensidad entre las 24 y 96 horas. En un comienzo es de tipo citot�xico y luego se hace vasog�nico. Lo m�s usado es el Manitol al 15%, en dosis de 1g/kg/dosis, en 20-30 minutos, cada 4 horas, controlando los electr�litos plasm�ticos y la creatininemia.
� Se debe examinar regularmente las �reas de presi�n de la piel rotando al paciente cada 2 horas o utilizando colchones neum�ticos o de agua. Se debe evitar prolongar el dec�bito del lado par�tico en funci�n de la hipoventilaci�n.
� La kinesioterapia debe iniciarse lo antes posible si el estado del paciente lo permite, incluyendo la parte respiratoria para evitar complicaciones.

Tratamiento de hemorragias intracraneales

Todas se deben a patolog�a de peque�os vasos por hipertenhipertensi�n arterial. Por ese motivo se debe controlar la presi�n arterial, excepto en caso de hemorragias lobares, cuando se requiere un estudio m�s profundo por ser at�picas y porque no se producen por hipertensi�n arterial.

Tratamiento de hemorragias subaracnoideas

� A los pacientes hay que controlarles la presi�n arterial. Si se hipotensa, puede conducir a un mayor vasoespasmo y aumentar el riesgo de isquemia. Si el paciente est� muy hipertenso aumenta el riesgo de hemorragia. Se debe mantener al paciente en una presi�n m�nima adecuada.
� Analg�sicos: se dan a los pacientes con mucho dolor.
� Sedantes: se dan si es necesario. Se recomienda tener al paciente tranquilo en una habitaci�n solo.
� Evitar la constipaci�n por el aumento de la presi�n intracraneana.
� Antagonistas de los canales de Ca++: nimodipina es el �nico que demostr� ser efectivo en el tratamiento de vasoespasmo, dosis 60 mg cada 4 horas v�a oral.
� Anticonvulsivos en forma preventiva, porque si el paciente llega a tener una convulsi�n, probablemente vuelva a sangrar el aneurisma. Se hace dosis de carga de Fenito�na con 20 mg/kg de peso y luego dosis de mantenimiento, que es de 300 mg/d�a. Todo esto hasta que el paciente se pueda estudiar por medio de la angiograf�a y luego realizarle el tratamiento correspondiente. Puede ser cirug�a convencional a cielo abierto (por lo general es un clipado del aneurisma), o por los m�todos endovasculares de embolizaci�n. Una vez que el aneurisma ha sido clipado se puede hipertensar al paciente para evitar el vasoespasmo.

Pron�stico

Funcional. Hasta las primeras veinticuatro horas es muy dif�cil prever las posibilidades de recuperaci�n del d�ficit neurol�gico. El pron�stico es mejor en pacientes j�venes y con d�ficit leves.
Vital. El ictus con d�ficit cl�nico importante pone en serio riesgo la vida del paciente, tanto por las complicaciones neurol�gicas (primeras 48 a 72 horas) como extraneurol�gicas: tromboembolismo pulmonar, neumon�a, hemorragia digestiva e insuficiencia card�aca o renal.
- Ictus isqu�mico. La mortalidad en los primeros 30 d�as es del 20 al 30% en los ictus graves. El pron�stico empeora en pacientes de edad avanzada, diab�ticos e hipertensos.
- Hematoma cerebral. La mortalidad en el primer mes es del 30 al 40%. Tienen peor pron�stico los casos de gran tama�o con efecto de masa sobre l�nea media, deterioro del nivel de conciencia, localizaci�n putaminal o invasi�n intraventricular.
- Hemorragia subaracnoidea. La HSA espont�nea tiene una mortalidad del 55%, verific�ndose el fallecimiento en los primeros minutos hasta en una tercera parte de los casos. De los pacientes diagnosticados en un medio hospitalario, fallecen hasta un 30% del total. La disminuci�n del nivel de conciencia, edad avanzada, hipertensi�n arterial, aneurismas con di�metro mayor de 9 mm y presencia de hemorragias intraoculares subhialoideas empeoran el pron�stico en forma general. Existen tres complicaciones serias, cuya aparici�n modifica negativamente el pron�stico:
- Espasmo vascular, seg�n criterios arteriogr�ficos. Se atribuye al efecto vasoactivo de sustancias liberadas en el LCR por el sangrado. Sucede en el 25 al 30% de los casos entre los d�as 4 a 14 con un m�ximo a los 7 d�as, pudiendo predecirse la localizaci�n y gravedad del mismo en funci�n de la distribuci�n de la sangre en la TAC.
- Resangrado, hasta un 20% en las dos primeras semanas, con un pico m�ximo en las primeras 24 a 48 horas. Es responsable del fallecimiento del 30 al 85% de los casos, seg�n las series.
- Hidrocefalia por bloqueo secundario de las v�as de circulaci�n del LCR. Se presenta en un 7% de los casos.
Numerosos trabajos cient�ficos han demostrado que la mayor parte del da�o se produce en forma r�pida durante el tiempo que sigue al ataque cerebral. Este per�odo, de aproximadamente 6 horas, es clave en la instalaci�n de tratamientos dirigidos a disminuir la magnitud del da�o cerebral, y de esta manera mejorar el pron�stico. La posibilidad de implementar en forma urgente tratamientos efectivos, ha llevado a denominar a este lapso como la ventana terap�utica. Ejemplo de estudio relativo a este tema es el del NINDS (National Institute of Neurological Disorders and Stroke, de Toronto, Canad�), que tom� en forma aleatoria y controlada pacientes que fueron medicados con activador tisular recombinante de plasmin�geno dentro de las 3 horas de producido el ACV. Los resultados demostraron un aumento absoluto del 11 al 13% en la posibilidad de m�nima incapacidad o ausencia de discapacidad a los tres meses en el grupo que recibi� la droga. El grupo tratado, sin embargo, present� diez veces m�s hemorragia intracraneal sintom�tica temprana (6,4% vs. 0,6%) y aumento en la mortalidad a 36 horas, aunque se diferencia en la mortalidad a los tres meses. Esto puso de manifiesto la importancia de comunicar a los familiares del enfermo la posibilidad de elecci�n y de asumir los riesgos tempranos relacionados con el tratamiento y los riesgos tard�os derivados de su ausencia. 

Prevenci�n

Se han realizado diferentes estudios (SALT, UKTIA, DUTCH, SPIRIT 3000, ACKERMAN, ESPS, ESPS 2, CATS, TASS, CAPRIE) en los que se compararon a la aspirina (AAS) en baja y alta dosis con el dipiridamol, ticlopidina, clopidogrel, y coumadin para ver cu�l era m�s efectivo, tanto para la prevenci�n primaria como para la secundaria.
Se justifica la prevenci�n primaria en pacientes con estenosis carot�dea asintom�tica de mayor riesgo (mayor del 80%, progresiva, hipoflujo hemisf�rico), mientras no se indique cirug�a, y en pacientes mayores con factores de riesgo e infartos silentes.
El dipiridamol debe utilizarse junto al AAS para reducir el riesgo de padecer ACV. Esta asociaci�n produce 8,5% de hemorragias gastrointestinales y es un efecto adverso que hay que tener en cuenta. La ticlopidina es �til tanto en la prevenci�n del accidente isqu�mico transitorio como de la recidiva del ACV. Como efecto adverso de importancia tiene el rash, cuadros diarreicos y neutropenia severa. Su asociaci�n con la aspirina trae ciertas ventajas ya que tienen diferentes mecanismos de acci�n. Su uni�n prolonga marcadamente el tiempo de sangr�a, tambi�n reduce la trombosis luego de la colocaci�n de stent coronario y se usa por tres o cuatro semanas evitando de esta manera los efectos nocivos que produce cuando se lo emplea por tiempo prolongado.
El clopidogrel es un nuevo agente antitromb�tico, es de la misma familia cl�nica que la ticlopidina. Es un inhibidor potente y espec�fico, y act�a uni�ndose a los sitios de recepci�n del ADP. Este es un agente inhibidor m�s importante que la propia aspirina. El clopidogrel y la aspirina ejercen sus acciones por diferentes mecanismos, y se sospecha desde un principio que pueden tener efectos cl�nicos diferentes en cuanto a seguridad y eficacia.
La uni�n de clopidogrel y la aspirina es de alta expectativa como potencialidad de utilidad cl�nica. El clopidogrel adicion� una reducci�n mayor del riesgo en comparaci�n de los pacientes tratados con aspirina solamente. Sus efectos adversos m�s importantes son el rash y los cuadros diarreicos, ya que el sangrado fue m�s frecuente en el grupo aspirina.
La prevenci�n secundaria se realiza con:
- Aspirina, primera opci�n, dosis media, 300-600 mg/d�a
- Dipiridamol, �til s�lo asociado a aspirina
- Ticlopidina, se utiliza en recidiva de eventos isqu�micos, en las mujeres que tienen contraindicaci�n de tomar aspirina o resistencia a la misma
- Clopidogrel, reemplazar� a la ticlopidina, por costo beneficio en relaci�n con la aspirina.
- Aspirina + ticlopidina, se utiliza en post cirug�a 
y post stent
- Aspirina + clopidogrel, probablemente demuestren una alta eficacia cl�nica.
El tratamiento a elegir va a depender del tipo de ACV y de sus complicaciones hemorr�gicas. Siempre es preferible la prevenci�n, ya que el ACV ocurre con crueldad repentina y cuando no es fatal, puede carcomer las reservas f�sicas, an�micas y financieras del paciente, de su familia y de la comunidad.

CONCLUSI�N

Esta patolog�a afecta anualmente a m�s de 80.000 argentinos. Aproximadamente un tercio de esas personas mueren a causa de este problema y otras miles quedan con secuelas durante toda su vida. Como es sabido, la mayor parte del da�o cerebral se produce en las horas inmediatas posteriores al episodio, y este es el momento de actuar, durante la ventana terap�utica, para tratar de atenuar el pron�stico, hoy ominoso, de este cuadro. 
Sobre la base del objetivo planteado para el presente trabajo, es opini�n de los autores que para que el paciente consulte en forma temprana a un centro asistencial, debe saber cu�les son los s�ntomas premonitorios que pueden hacer pensar en la existencia pr�xima de un cuadro vascular. Esto le permitir�a al paciente realizar una consulta precoz que disminuir�a sustancialmente las cifras de dicha enfermedad. 
En general las personas desconocen los s�ntomas de esta enfermedad a diferencia de los del ataque card�aco. 
Por este motivo se sugiere que se divulgue ampliamente la �Gu�a de Prevenci�n de Stroke para Pacientes�, publicada por la Stroke Association (de EE.UU.)
Adicionalmente, tambi�n resultar� �til realizar catastros poblacionales permanentes para pesquisar pacientes que desconocen que se encuentran comprendidos dentro de la poblaci�n de riesgo, tal como se hace con la diabetes. 
Consideramos que los factores de riesgo que inciden en el ACV pueden ser modificados por el m�dico, y son un llamado de atenci�n para cambiar de actitud con respecto al paciente. Como dice el Prof. Dr. Francisco Maglio, �tenemos que cambiar la medicina asistencial por una medicina preventiva�. �ste es nuestro desaf�o.

GU�A DE PREVENCI�N DE STROKE PARA PACIENTES

1. Conozca su presi�n arterial, por lo menos una vez al a�o. Si es alta, debe controlarla con su m�dico 6- Si tiene diabetes, siga las instrucciones de su m�dico
2- Busque si tiene fibrilaci�n auricular, que aumenta la formaci�n de trombos, potenciales causantes de stroke. 7- Haga ejercicios diariamente
3- Si fuma, pare 8- Coma con poca sal y sin grasas
4- Si bebe, h�galo moderadamente 9- Preg�ntele a su m�dico si tiene problemas vasculares que aumenten el riesgo de ACV
5- Controle su colesterol 10- Si tiene signos de ACV, inclusive debilidad en cara o miembros, mareos, visi�n borrosa o cefaleas, busque ayuda m�dica inmediatamente, ya sea en un centro de salud primaria o en un establecimiento de alta complejidad

Glosario de abreviaturas

 ABREVIATURAS
AAS Acido Acetil Salic�lico DNIR Defecto Neurol�gico izq izquierdo/a RMN Resonancia Magn�tica 
Nuclear
ACO Anticoagulaci�n Isqu�mico Reversible K+ Potasio
ACV Accidente Cerebro Vascular DX Dextrosa LCR L�quido Cefalorraqu�deo Rx Rayos X
ADP Adenosin Difosfato ECG Electrocardiograma um micr�n sec secuelas
AIT Accidente Isqu�mico Transitorio EPOC Enfermedad Pulmonar 
Obstructiva Cr�nica
mg miligramo SF Soluci�n Fisiol�gica
ATB Antibi�tico FA Fibrilaci�n Auricular min minuto SIHAD S�ndrome de Secreci�n 
Inapropiada de Hormona Antidiur�tica
ATP Adenosin Trifosfato FBC Facio Braquio Crural ml mililitro
AVC Accidente Vascular Cerebral g gramo Na+ Sodio
NBZ Nebulizaciones SNC Sistema Nervioso Central
Ca++ Calcio HFBC Hemiparesia o Hemiplej�a Facio Braquio Crural NTG Nitroglicerina SNG Sonda Nasog�strica
O2 Ox�geno SV Sonda Vesical
Cl- Cloro HGT Hemoglucotest OMS Organizaci�n 
Mundial 
de la Salud
TA Tensi�n Arterial
ClK Cloruro de Potasio comp comprimido/s HIC Hemorragia Intracerebral TAC Tomograf�a Axial Computada
CSV Control de Signos Vitales HSA Hemorragia Subaracnoidea TBC Tuberculosis
DBT Diabetes HTA Hipertensi�n Arterial PHP Plan de Hidrataci�n 
Parenteral
trat Tratamiento
der derecho/a IC Interconsulta UTI Unidad de Terapia Intensiva

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