Revista de la Sociedad de Medicina Interna
          de Buenos Aires

Alcoholismo y grupos sanguíneos
 Dres. Carnelli Luis, Falasco Silvia, Bargiela Carlos,
 Polar Amanda, Carnelli Daniel, Briones Silvia, Romano
 Daniel, Senillosa Mónica

INTRODUCCIÓN

Los grupos sanguíneos, a través de distintas investigaciones realizadas desde hace algunos años atrás y cuyos resultados fueron publicados oportunamente, han generado un espacio propio dentro del contexto de la Medicina Interna, más allá del incuestionable valor de su tipificación en Medicina Transfusional.
En la actualidad se reconoce una serie de enfermedades, en las cuales los grupos sanguíneos se comportan como marcadores de las mismas.
Otras entidades nosológicas se encuentran en constante revisión sobre la probable relación de éstas y determinados sistemas sanguíneos.
Una de ellas es el alcoholismo. De ahí entonces que nos hemos abocado al estudio de los grupos sanguíneos ABO, Rh y MNSs en pacientes alcohólicos y sujetos controles a los efectos de establecer, en caso de existir, algún tipo de relación entre los parámetros analizados.


MATERIAL Y MÉTODO

Se estudiaron 50 pacientes alcohólicos internados en el Servicio de Clínica Médica de los Hospitales P. Fiorito y P. Piñero entre el mes de abril de 2001 y el mes de mayo de 2002. Se estableció como criterio de inclusión en la muestra problema, ser bebedor de más de 100 g / día de alcohol por un período mayor a 5 años. Fueron excluídos quienes tuvieran serología positiva para HIV, HAV, HBV, HCV; insuficiencia cardíaca descompensada, neoplasias, otra enfermedad hepática asociada o uso indebido de drogas.
La muestra problema se comparó con un grupo control constituido por 20 dadores de sangre voluntarios que negaron ingesta de alcohol mayor a 30 g / día. 
A cada individuo de la muestra problema y control se le extrajo sangre venosa entre las 8 y 10 horas, los sueros fueron separados dentro de los 30 minutos de la extracción por centrifugación a 3000 rpm durante 10 minutos. Los glóbulos rojos fueron tipificados con anticuerpos monoclonales específicos del laboratorio Wiener según técnica inmunohematológica vigente. Los sueros fueron testeados por técnica de ELISA para determinar ( HIV, HAV, HBV y HCV ).
Las determinaciones bioquímicas se realizaron por métodos cinéticos colorimétricos en el autoanalizador Hitachi 912 de Roche.
Para el análisis estadístico se utilizaron las si-guientes pruebas :
Prueba de Kolmogorov - Smirnov para evaluar si las variables se distribuyen normalmente.
Prueba no paramétrica U de Mann Whitney para variables que no se distribuyen normalmente.
Prueba del chi - cuadrado.


REPAROS ÉTICOS

Este protocolo contó con la aprobación del Comité de Docencia e Investigación de ambos hospitales.

RESULTADOS 


SISTEMA RH


SISTEMA MNSS



DISCUSIÓN

Los grupos sanguíneos se definen a partir de una serie de antígenos presentes en las diversas células sanguíneas, organizados a su vez en sistemas.
Dentro de este contexto, son los eritrocitos, las células que adquieren mayor relevancia en cuanto a la importancia de su tipificación, por su estrecho vínculo con la práctica médica y las graves consecuencias que pueden desencadenarse a partir de la omisión del procedimiento de identificación en terapia transfusional.
Pero no sólo en este marco adquieren importancia los grupos sanguíneos. Distintos trabajos publicados con antelación, dan muestra acabada de la relación existente entre algunos grupos eritrocitarios y una serie de enfermedades.
Algunos autores pensaron en la posibilidad de que el alcoholismo podría estar ligado genéticamente a distintos sistemas sanguíneos.
La primera publicación al respecto data del año 1976 cuando los doctores Winokur, Tanna y Lestón hicieron un relevamiento con el grupo ABO, sin hallar ningún tipo de relación entre el alcoholismo y los fenotipos estudiados. En el año 1988 el doctor Hill, presenta su trabajo, realizado en el Wester Psychiatric Institute de Pittsburg, en el que sentencia, que los grupos ABO, Rh y MNSs están ligados genéticamente al alcoholismo. Años después el doctor Clemente y sus colaboradores de la Facultad de Psicología de Barcelona reclutaron 300 pacien-tes y comunicaron, luego de la corrección de Bonferroni, que no hay ningún tipo de enlace entre los parámetros comparados. Estos trabajos, con informes enfrentados, nos motivaron a realizar nuestra propia experiencia con los sistemas ABO, Rh y MNSs. 
El grupo ABO fue el primero en descubrirse, en el año 1900 por Landsteiner y marcó el comienzo de la Inmunohematología. Este sistema es el de mayor importancia en terapia transfusional, y se encuentra compuesto por sólo dos antígenos, ambos codificados en el cromosoma 9, son ellos el A y el B. De és- tos se reconocen cuatro grupos : A, B, AB y O; en el plasma se hallan los anticuerpos naturales anti A y anti B; los que se expresan en forma complementaria. Este sistema se encuentra presente en distintos líquidos corporales : ( saliva, esperma, leche materna, orina, etc.) y dependen del estado secretor del individuo, que se define en el cromosoma 19. El 80 % de la población es secretora. El sistema Rh es complejo y algunos aspectos de su genética se desconocen. El primer anticuerpo contra el antígeno D fue comunicado en 1939 por Levine y Stetson, quienes lo hallaron en el suero de una mujer cuyo feto tuvo EHRN, ya que la mujer había recibido sangre de su marido provocándole una reacción hemolítica. Los términos descriptos no modificados, RH positivo y RH negativo aluden a la presencia o ausencia del antígeno eritrocitario D.
Actualmente esta nomenclatura cayó en desuso por la nueva, que contempla la presencia de los antígenos C-D-E propuesta por Fisher y Raco. De todas maneras el antígeno D, es junto a los antígenos A y B el más importante en la práctica transfucional. A diferencia del grupo ABO este sistema no posee regularmente anticuerpo anti D, en los pacientes que carecen de dicho antígeno. Casi siempre la presencia de este anticuerpo es consecutiva a la exposición a eritrocitos que poseen al antígeno D, ya sea por la transfusión o embarazo. Si bien el antígeno D es importante, este sistema está compuesto por más de 50 antígenos relacionados de los cuales 6 tienen importancia clínica (C, c , D, d, E, e) .
Los antígenos del grupo RH, son determinados por dos loci estrechamente ligados en el cromosoma 1 según la teoría de Tippet.
Los individuos D positivos poseen uno de los 2 ejemplares de este gen, en cambio los D negativos no tienen material genético en este lugar. La mayor parte de los eritrocitos D positivos muestran aglutinación macroscópica definida ante los sueros específicos, pero existe un grupo de eritrocitos que manifiestan esta positividad débilmente, hace algunos años dentro de la nomenclatura eran considerados como Du, terminología no utilizada en la actualidad. Esta variante antigénica podría ser la consecuencia de varias circunstancias genéticas diferentes, aún no establecidas fehacientemente. Epidemiológicamente queda establecido que esta expresión débil del antígeno D es bastante común en la comunidad negra.
En la práctica transfusional los portadores del antígeno débil, son considerados positivos cuando son dadores y negativos cuando circunstancialmente son receptores de sangre o hemoderivados.
Por último, el grupo MNSs, es un complejo sistema compuesto por 37 antígenos que se distribuyen en dos moléculas de glicoforina. Los antígenos M y N fueron descubiertos en 1927 por Landsteiner.
Éstos se comportan como productores de genes apareados.
De los 37 antígenos que componen este sistema, los de mayor protagonismo son solo 4 (MNSs) Genéticamente dispuestos de a pares, MN en la glicoforina A y Ss en la glicoforina B con una interacción muy fuerte entre ambas proteínas , de allí su manifestación fenotípica. Estas glicoforinas son codificadas en el cromosoma 4.
Los anticuerpos anti M suelen ser naturales, aunque también pueden ser inmunes. Los anti N son mucho menos frecuentes.
Los anti M inmunes pueden causar enfermedad hemolítica del recién nacido. En pacientes tratados en diálisis se ha identificado un auto anticuerpo de especificidad parecida al anti N, debido a que la reutilización de membranas esterilizadas por formaldehído, produce modificaciones de la membrana eritrocitaria. Los anticuerpos Ss son de origen inmune poco frecuente y suelen asociarse a otros anticuerpos.
Éstos también pueden ocasionar reacciones transfusionales y EHRN.
En nuestra recopilación no encontramos diferencia entre el grupo problema y el grupo control, con respecto a la frecuencia habitual, cuando estudiamos los sistemas ABO y Rh.
Respecto al grupo MNSs, el grupo problema mostró que algunos fenotipos se encontraron elevados , mientras que otros resultaron bajos para la distribución habitual. El grupo control no aportó diferencias respecto de la frecuencia esperada.

CONCLUSIONES

De acuerdo a nuestra experiencia de investigación clínica podemos considerar la posibilidad que el enfermo alcohólico tenga una diferente distribución con respecto a los distintos fenotipos del sistema MNSs según su frecuencia habitual. 
Si tomamos la primer reflexión nos podría llevar entonces a postular el hecho que la prevalencia de determinados alelos podría significar una mayor predisposición a padecer la enfermedad alcohólica.
De ser así lo apuntado se estaría en condiciones de tomar a los fenotipos correspondientes de este grupo MNSs como un marcador de predisposición para sufrir de alcoholismo.
Estas elucubraciones previas surgen de los resultados obtenidos donde, de manera significativa, los diferentes fenotipos del sistema MNSs tienen una distribución distinta al grupo control que sí coincide con lo ya establecido en la población no alcohólica. 
Desde ya estos estudios necesitarán de nuevos aportes investigativos para poder definir con más certeza la situación.

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