Sociedad de Medicina Interna

de Buenos Aires

 

           Revista de la Sociedad de Medicina Interna
          de Buenos Aires

Relación médico paciente
 Dra. Silvia Iris Falasco

El comienzo del siglo XXI nos encuentra inmersos en una situación sanitaria crítica, que no es diferente ni ajena a la que padece el país.

Los cambios sociales, económicos, educacionales y políticos son aplicables a la Medicina, generando en ella una transformación permanente y dinámica.

La relación médico paciente (RMP), "piedra fundamental" del acto médico, ha experimentado esas modificaciones.

Es ésta una relación interpersonal, de carácter profesional, en la que un hombre dotado de conocimientos presta ayuda a otro hombre, hecho éste que imprime a su labor el carácter de servicio, de calurosa humanidad y que lo liga tan profundamente a la ética.

¿Cuáles son esos cambios?. ¿A qué responden?.
Los avasallantes adelantos científicos y tecnológicos han llevado a la especialización y superespecialización del médico. Incapaz de manejar tan abrumadora información, delimita su accionar en "partes" de ese gran todo que es el hombre, deshumanizando el acto médico. En igual contexto, el paciente, con acceso creciente a la información a través de los distintos medios de comunicación participa y/o cuestiona sobre decisiones clínicas, expresando su insatisfacción si del producto del acto médico no surgen siempre exámenes complementarios y/o indicaciones farmacológicas.

El sistema de globalización económico-industrial, con el creciente aumento de las "empresas de salud" han llevado a la paulatina desaparición de la práctica privada y a la inserción del profesional en ese sistema que regula y limita su accionar. Favorece esta situación el exagerado número de graduados que permanentemente emergen de las Universidades privadas y estatales, creando un ambiente laboral donde sobra la oferta, con trabajadores mal remunerados, con escaso tiempo para cada consulta arbitrada por el sistema en que prima cantidad sobre calidad.

En el polo opuesto de la relación, el paciente experimenta este conflicto en la limitación que ofrece la obra social, prepaga o sistema médico sea público o privado en la elección del profesional a quien confiará el cuidado de su salud, así como a la restricción drástica de estudios o terapeúticas oportunas.

La RMP "verticalista" en sus orígenes, con un sentido paternalista por parte del médico, es actualmente "horizontal" a partir de la incorporación de la autonomía del paciente. El consentimiento informado representa un exponente de la misma. Esta autonomía que genera autorespeto, autoestima en el paciente, a veces pone freno al accionar médico. El paciente debe ser escuchado, respetado, sin enojo, enfado o conflicto por parte del médico frente a mutuas desavenencias, conservando éste su compromiso ético-moral.

Desgraciadamente en un marco de descontento, desconfianza y presiones externas se desenvuelve hoy la RMP.

El temor al juicio de mala praxis, fomentado por abogados al acecho, tecnifica aún más la relación, la encarece, a veces con solicitudes exageradas, repetitivas y otras con conductas irracionales o desmedidas. Sin embargo, muchos de estos juicios no responden a un mal desempeño técnico profesional, sino a una RMP no satisfecha.

La Junta Norteamericana de Medicina Interna definió las cualidades humanitarias esenciales que el médico debe poseer: INTEGRIDAD- RESPETO- COMPASIÓN.

Si esperamos que nos reemplacen mañana, los que serán los continuadores de la Medicina del Hombre, debemos tener presente que la enseñanza en pregrado debe tener una meta más amplia que el puro conocimiento científico, haciendo hincapié en la formación ética, moral y social.
Sin desaliento nos hacemos eco de Séneca, el Filósofo parafraseando su sentencia "Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías, breve y eficaz por medio de ejemplos".

La práctica médica se decide en la conciencia ético moral de cada uno de nosotros. Sin duda una serena postura introspectiva puede mejorar la RMP.

Dra. Silvia Iris Falasco