Revista de Medicina Interna
                  

                      Volumen 1  -  Número 4

Eutanasia
Dra. Senillosa Mónica

 

RESUMEN

El derecho esencial que debe asistir a todo ser humano, siempre es el de la vida. Cuando la

enfermedad lleva a quien la padece a una situación de irreversibilidad, cabe preguntarse si se está cuidando la vida o prolongando la agonía. La sociedad actual intenta olvidar la muerte y el

morir; pero no puede sacarla de escena. Los avances terapéuticos han prolongado el último

lapso de vida, en muchos casos con dolor y sufrimiento, postergando el momento de la muerte.

Las unidades de terapia intensiva dan la posibilidad de mantener la vida, pero ¿se puede

considerar un éxito terapéutico mantener con vida a un paciente conectado a un respirador sin

posibilidades de recuperación? Frente a un enfermo crítico, en situación de irreversibilidad el

médico se debe preguntar qué es lo que se debe hacer, pero también qué se debe dejar de hacer. En este artículo se realizará una revisión de eutanasia y demás conceptos relacionados, para así distinguir entre los que son medios proporcionados y medios desproporcionados, muerte digna o encarnizamiento terapéutico, distanasia y ortotanasia, dando el marco jurídico para el

actuar médico en nuestro país.

 

ABSTRACT

The essential right that must attend all human being always is the one of the life. When the disease takes to that suffers it to a situation of irreversibility, it is possible to ask itself if the life is being taken care of or prolonging the agony. The present society tries to forget the death and dying; but it cannot remove it from scene. The therapeutic advances have prolonged the last lapse of life, in many cases with pain and suffering, delaying the moment of the death. The units of intensive therapy give the possibility of maintaining the life, but can be considered a success therapeutic to maintain with life to a patient connected to a respirator without capacities to restore forces and assets and control damage? In front of a critical patient, in irreversibility situation the doctor is due to ask what is what it is due to do, but also what is due to

let doing. In this article he will be made a related revision of euthanasia and other concepts, thus to distinguish between that average they are provided and average out of proportion, worthy death or therapeutic fierceness, disthanasia and ortothanasia, giving to the legal frame medical acting in our country.

 

INTRODUCCIÓN

 

Dice Peabody que "el tratamiento de una enfermedad puede ser totalmente impersonal

mientras que el cuidado de un paciente es un acto totalmente personal". Es por esto que la formación del médico debería ser no sólo técnica, sino también ética.

La ética proporciona normas de conducta basadas en una escala de valores. Frente a cada situación el médico debe preguntarse: ¿qué hay que hacer?

Pero, sobre todo ¿qué hay que dejar de hacer? El derecho esencial que debe asistir a todo ser humano, siempre, es el de la vida. Cuando las condiciones de salud se han perdido y la enfermedad lleva a quien la padece a una situación irreversible, cabe preguntarse si se está cuidando la vida o prolongando la agonía.

Pero, ¿qué es lo que constituye una prolongación lícita de la vida y qué es lo que constituye una abreviación ilícita de la misma? ¿Cómo podemos distinguir entre eutanasia y distanasia, y dejar morir en paz y dignidad?

A través de los siglos el hombre ha querido explicar la muerte como un paso hacia otros mundos

mejores y eternos considerando a éste como temporal y preparación para ese viaje.

Etimológicamente la palabra eutanasia significa:

buena muerte, dulce, libre de sufrimiento. La empleó por primera vez Francisco Bacón en el siglo

XVII.

Se entiende eutanasia como aquella conducta o comportamiento tendiente a mitigar los sufrimientos de otra persona, cuando tal conducta implica necesariamente la producción directa de la muerte o el aceleramiento de la misma.

El núcleo de esta problemática consiste en lograr un equilibrio en el mantenimiento de una calidad de vida que preserve la dignidad de la persona.

Se realiza una revisión temática de la eutanasia y demás conceptos relacionados, entendida como una práctica social actual, marginal, oculta y punible, que conlleva a la violación de derechos humanos, ante la ausencia de un proyecto riguroso ético, jurídico y sanitario de regulación, protección, educación y asistencia para la sociedad y especialmente para aquellos enfermos de extrema gravedad o terminales, por parte del estado de derecho.

 

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

 

En Grecia, Hipócrates (S. V a.C.) en su juramento afirma que no dará medicamento mortal por más que se lo soliciten.

En el Juramento Hipocrático, la santidad de la persona y el verdadero bienestar del paciente es

central. Reconoció, sin embargo, que se podría violar fácilmente esto ya que los médicos no tienen sólo el poder para curar sino también para matar.

Por esta razón hizo que los médicos juraran que nunca usarían su conocimiento ni experimentarían para matar, incluso ante la propia demanda de un paciente. El juramento permitió a la medicina proteger al paciente vulnerable.

En cambio, Platón, (427-337 a.C.) en La República dice: "Se dejará morir a quienes no sean sanos de cuerpo".

En Roma, la práctica es múltiple: Muerte sin dolor por miedo a afrontar conscientemente el sufrimiento y la propia destrucción (Tácito en sus Anales).

Séneca: "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con sufrimiento". Epícteto predica la muerte como una afirmación de la libre voluntad.

Cicerón le da significado a la palabra como "muerte digna, honesta y gloriosa".

Durante la Edad media y los comienzos del Renacimiento predomina el pensamiento de la

Doctrina Cristiana.

El término Eutanasia se cita por vez primera en la Utopía de Tomás Moro (1478 a 1535 en que fue decapitado) aparece el concepto médico y moral de la Eutanasia: "...Cuando a estos males incurables se añaden sufrimientos atroces, los magistrados y sacerdotes se presentan al paciente para exhortarle, tratan de hacerle ver que está ya privado de los bienes y funciones vitales... y puesto que la vida es un puro tormento, no debe dudar en aceptar la muerte, no debe dudar en liberarse a sí mismo o permitir que otros le liberen..."

Aquí se ve: una atención esmerada a los enfermos, una enfermedad intolerable, que legitima la muerte voluntaria y la eutanasia. Tiene en cuenta los derechos de la persona: responsabilidad moral, libertad; los sacerdotes son intérpretes de la divinidad.

David Hume, (1711 a 1776) refiere que "si el disponer de la vida humana fuera algo reservado

exclusivamente al todopoderoso, y fuese infringir el derecho divino el que los hombres dispusieran de sus propias vidas, tan criminal sería el que un hombre actuara para conservar la vida, como el que decidiese destruirla."

Justifica la eutanasia en términos prácticos al decir que: "una vez que se admite que la edad, la

enfermedad o la desgracia pueden convertir la vida en una carga y hacer de ella algo peor que la

aniquilación. Ningún hombre ha renunciado a la vida si ésta mereciera conservarse."

Para Kant (1724 a 1804), el suicidio es malo, porque viola los deberes y el respeto para consigo mismo.

Frente a la eutanasia tiene en cuenta la potencialidad de ese ser humano que se quita la vida y las posibilidades de desarrollo de sus capacidades. "La vida no vale por sí misma, sino en función de un proyecto de vida ligado con una libertad y una autonomía, ésta se justifica si permite la base material para una vida digna".

¿Cómo sobrevino la cuestión de la eutanasia en este siglo?

El programa original de eutanasia destinado a "purificar" la raza germana fue una creación de

ciertos médicos, no de Hitler. Hitler simplemente permitió el empleo de instrumentos que otros habían preparado.

La primera cámara de gas fue diseñada por profesores de psiquiatría de doce importantes

universidades de Alemania. Ellos seleccionaron a los pacientes y contemplaron cómo morían. Luego comenzaron a reducir los "requisitos" para los candidatos hasta que los hospitales psiquiátricos quedaron prácticamente vacíos.

A estos psiquiatras se les unieron algunos pediatras, que en 1939 empezaron a vaciar instituciones para niños discapacitados. Para 1945, estos médicos se habían perfeccionado tanto que ya mataban a niños que mojaban la cama, a otros con orejas que no eran perfectas, y a aquellos con dificultades de aprendizaje.

En 1920 se publicó un libro titulado "El Permiso para Destruir la Vida Indigna", por Alfred Hoche,

M.D., profesor de psiquiatría en la Universidad de Freiburg. Defendió en su libro a los pacientes que pedían "ayuda de muerte", bajo determinadas

condiciones:

1) Debía ser autorizado por tres expertos. 2) El paciente tenía derecho a retirar su demanda en

cualquier momento. 3) Existía protección legal para los médicos que lo ayudarían a terminar con su vida.

Alfred Hoche explicó cómo la ayuda de muerte era congruente con la ética médica más alta y era esencialmente una solución compasiva a un problema doloroso.

Se aplicaría a pacientes en coma, con daño cerebral, en algunas condiciones psiquiátricas, y en retraso mental.

Adujo que los beneficios a la sociedad serían grandes, el dinero previamente consagrado al

cuidado de "vida del sin sentido" se encauzaría a aquellos que más lo necesitaran. Los periódicos y películas se unieron formando la opinión del público alemán.

El Ministerio de Justicia describió la propuesta "como lo que haría posible para los médicos acabar con las torturas de pacientes incurables, en los intereses de verdadera humanidad".

"Y los ahorros redundarán en las personas alemanas si el dinero ya no se tira con el inválido, el incurable, y aquéllos en el umbral de vejez."

El primer caso conocido de la aplicación de esta propuesta en ese momento aceptada involucró "el Bebé Knauer". El padre del niño pidió al propio Adolph Hitler que a su hijo se le permitiera la

muerte porque él era ciego, con retraso mental y sin un brazo y una pierna. Hitler derivó el caso a su médico personal, Karl Brandt, y en 1938 la demanda se concedió. Durante los próximos meses, se establecieron los medios prácticos por los que podrían concederse tales "muertes de misericordia" a otros niños que no tenían ninguna perspectiva para la vida.

El hospital a Eglfing-Haar, bajo la dirección de Hermann Pfannmuller, M.D., dejó sin alimentos a

muchos de los niños inválidos a su cuidado hasta que ellos murieran de "causas naturales."

Otras instituciones siguieron el ejemplo, algunos privaron a sus pacientes pequeños de calor, en lugar de la comida.

A los médicos que no estaban de acuerdo con lo que les pedían se les decía que ellos no los estaban matando sino simplemente deteniendo el tratamiento y "permitiendo que la naturaleza

siguiera su curso."

Con el tiempo Pfannmuller preparó Hungerhauser (la inanición para el anciano).

A finales de 1941, la eutanasia era simplemente "rutina del hospital normal."

Al final de 1939, Hitler firmó esta carta:

"Reichleader Bouhler y Dr. Brandt se comisionaron para extender la autoridad de los médicos para ser designados responsablemente para que pudieran conceder una muerte misericordiosa a los pacientes que, según el juicio humano, están incurablemente enfermos según la evaluación más crítica del estado de sus enfermedades."

No se pidió que los médicos participaran, simplemente era una cuestión privada entre el médico y su paciente (o la familia si el paciente fuera incapaz de hablar).

Brandt testifica en Nuremberg después de la guerra: "El motivo era el deseo de ayudar a individuos que no podían ayudarse y podrían estar prolongando sus vidas así en tormento. ... Citar Hipócrates hoy es proclamar: que nunca debe darse veneno a los inválidos y las personas con gran dolor. Pero cualquier médico moderno que hace tan retórica esa declaración es un mentiroso o un hipócrita. ... Yo nunca pensé que estaba haciendo algo mal, sino que estaba abreviando la existencia torturada de tales criaturas infelices".

Hubo internistas que ayudaron a vaciar los hogares para ancianos. Luego algunos médicos salieron a la calle, sacaron de sus hogares a muchos viejos y

discapacitados y los mataron.

Para 1945 estos médicos habían eliminado, incluso, a muchos veteranos de la Primera Guerra Mundial. Pocas personas saben que los médicos que participaban en el "Programa Alemán de Eutanasia" lo hacían voluntariamente. Algunos abandonaron el programa sin que sufrieran represalias. Por supuesto que Hitler aprobaba todo e incluso ejercía presiones específicas, pero fueron los médicos los que lo iniciaron.

Hitler, inspirándose en esto, después de la matanza eugénica de casi 300.000 alemanes arios considerados "defectuosos", aprovechó sus cámaras de gas y procedió a la eliminación de las razas "defectuosas". Así, destruyó una raza entera de gitanos, seis millones de judíos, y quizá casi todos los polacos, rusos y europeos que fueron capturados.

 

 LA EUTANASIA EN LOS PAÍSES BAJOS

 

Los primeros casos de eutanasia en los Países Bajos en los años setenta eran supuestamente voluntarios.

Hoy, no hay ningún límite en la categoría de pacientes para eutanasia.

-Los bebés recién nacidos, inválidos, tienen un riesgo muy alto.

-Los infantes prematuros, o aquellos con espina bífida son a menudo candidatos para la muerte por inanición o deshidratación.

-Ni siquiera las personas completamente saludables pero deprimidas están seguras.

Los médicos a favor de la eutanasia siempre parecen listos para recomendar o conceder una

demanda para la muerte, aun cuando el paciente es el que decide.

¿Cómo podemos nosotros creer que todas éstas son muertes voluntarias?

Un recién nacido no puede ofrecer consentimiento a algo, mucho menos a su propia matanza.

La ley debe proteger al enfermo mental cuyo consentimiento se atenúa por su enfermedad, y para quien la tentación de aceptar la eutanasia puede ser un síntoma más de su enfermedad.

Antes de 1973, la eutanasia era ilegal en los Países Bajos.

Por ese año, se arrestó a un médico por matar a la madre, enferma terminal, con morfina. La corte le dio una pena en suspenso de una semana en cárcel y la probation de un año.

Esto estableció un precedente, y las cortes dictaron un conjunto de pautas que permitían a los médicos ayudar a un paciente a cometer suicidio, como requerir ciertas consultas, insistiendo con que el paciente debe estar padeciendo una enfermedad terminal, y que él debe pedirlo.

En 1984, la Sociedad Real de Medicina emitió "las reglas de conducta cuidadosa" para la eutanasia.

Éstos requirieron al médico informar al paciente su condición, consultar a sus parientes más cercanos (a menos que él lo objetara), consultar al menos a otro médico, guardar archivos escritos, y, en el caso de un niño, obtener el consentimiento de los padres o

tutores.

En 1985 una corte dejó caer el requisito de la "enfermedad terminal" en un caso que involucraba a una muchacha joven con esclerosis en placas.

Mientras su enfermedad era incurable, no había ninguna razón por la cual ella no pudiera vivir indefinidamente. (En un caso más reciente una mujer que era absolutamente saludable pero sufría de depresión severa había solicitado eutanasia en su demanda). Se había puesto rutinario "eutanizar" a los bebés nacidos en los finales de 1980, con impedimentos, como espina bífida.

Tres enfermeras en Amsterdam mataron a varios pacientes comatosos sin consentimiento. Ellas

fueron declaradas culpables, pero no de homicidio, sino por no consultar a un médico.

En 1990, médicos en los Países Bajos estaban envueltos en 11.800 muertes, o 9% de todas las

muertes en el país. De éstos, la mitad se etiquetó "eutanasia involuntaria activa", es decir, el paciente se mató sin su consentimiento. En 1995, el Parlamento legisló estas decisiones judiciales.

 

CONCEPTOS Y DEFINICIONES

 

EUTANASIA:

 

Etimológicamente significa buen morir, del riego eu, bueno y thanatos, muerte. Es provocar la muerte de un paciente por acción u omisión con el fin de evitarle el sufrimiento que en algunos casos, degrada su calidad de vida. Es una práctica penalmente castigada, considerada según el caso como instigación o ayuda al suicidio u homicidio.

 

Tipos de Eutanasia:

 

Voluntaria: Se realiza por explícito pedido del enfermo.

Involuntaria: Se realiza sin el consentimiento del paciente o en un niño o un adulto sin capacidad para consentir.

Activa o directa: Se denomina así a la acción deliberada de causar la muerte de un enfermo, por ejemplo la administración de una sustancia letal.

Pasiva o indirecta: Se designa así a la acción de omitir deliberadamente la atención de un paciente con el fin de provocar su muerte. Por ejemplo, no administrar los medicamentos necesarios, un soporte vital o la debida atención. También puede ser voluntaria (eutanasia pasiva voluntaria) cuando lo pide el paciente, o involuntaria cuando el enfermo no lo solicita.

La eutanasia involuntaria directa linda con el homicidio, y la eutanasia voluntaria con el "morir

dignamente".

 

DISTANASIA:

 

También se conoce como ensañamiento o encarnizamiento terapéutico. Es todo obrar médico

que tiende a la prolongación del morir cuando ya no hay posibilidades ciertas de obtener curación ni mejoría alguna. Es el alargamiento de la vida mediante medios desproporcionados.

Nuñez García considera que existe ensañamiento terapéutico cuando se llega a la conclusión de que: el tratamiento es inútil o ineficaz; aumenta el sufrimiento del paciente y lo pone en situaciones humillantes o deshumanizadas; se emplean medios desproporcionados para el estado del paciente o las posibilidades objetivas de la situación; retirar los medios desproporcionados no implica abandonar al enfermo. Deben mantenerse los cuidados mínimos (hidratación, conservación de la temperatura corporal, aspiración de secreciones bronquiales y prevención de úlceras de decúbito, administración

de analgésicos y antibióticos).

 

ORTOTANASIA:

 

Consiste en no emplear medios extraordinarios para alargar innecesariamente la vida. Es el morir en buenas condiciones, con el alivio del sufrimiento y las molestias. Morir humanamente.

 

CRIPTOEUTANASIA:

 

Se denomina así a una forma encubierta de eutanasia pasiva directa. Consiste en una sedación

desproporcionada que lleva al enfermo a la muerte.

 

SUICIDIO ASISTIDO:

 

Aquí una persona contribuye a la muerte de otra, pero es esta última la que directamente se quita la vida. Por ejemplo el médico que le extiende una receta de una sustancia mortal a un enfermo que se lo solicita para quitarse la vida. El propio paciente se la administra.

Algunos autores plantean que no hay diferencias entre suicidio asistido y eutanasia voluntaria.

 

PACIENTE TERMINAL:

 

Castillo Valery considera que existen dos tipos de pacientes graves:

Enfermos en estado crítico: Son los que presentan una descompensación aguda por un proceso

patológico. Corren riesgo de morir, pero tienen posibilidades de recuperación. Ingresan a Unidades de Cuidados Intensivos para estabilizar sus funciones y realizar tratamiento.

Enfermos en estado terminal: Son los que se estima que van a morir en un lapso breve. Es conveniente que los atienda un equipo de cuidados paliativos. La Unidad de Cuidados Intensivos no sería el lugar más apropiado para estos pacientes.

Se define paciente en estado terminal al que reúne los siguientes criterios:

-Presenta una enfermedad causal de evolución progresiva

-Pronóstico de vida menor a un año

-Tratamientos específicos comprobadamente ineficaces.

-No hay esperanza razonable de recuperación.

Entonces, es paciente terminal aquel que padece una enfermedad incurable y progresiva, sin

posibilidad alguna de recuperación, cuya muerte es inminente (paciente muriente) o cuya expectativa de vida es inferior a los doce meses (paciente no muriente).

 

MEDIOS PROPORCIONADOS Y DESPROPORCIONADOS:

 

En cada caso en particular, se deben valorar los medios poniendo en comparación el tipo de terapia, el grado de dificultad y de riesgo que comporta, los gastos necesarios y las posibilidades de aplicación con el resultado que se puede esperar de todo ello,

teniendo en cuenta las condiciones del enfermo y sus fuerzas físicas y morales.

Ante la inminencia de una muerte inevitable, a pesar de los medios empleados, es lícito en conciencia tomar la decisión de renunciar a tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia sin interrumpir sin embargo las curas normales que alivian los síntomas de la enfermedad.

Se puede resumir el significado de medios desproporcionados diciendo que son los que o son

inútiles para conservar la vida del paciente o para curarlo y que constituyen una carga demasiado

grave, en términos de dolor y sufrimiento, para el enfermo y cuya carga es mayor que los beneficios que reportan. Se conocen también como medios extraordinarios.

No ofrecen una expectativa razonable de mejoría.

Por el contrario, medios proporcionados u ordinarios son aquellos que sí son útiles para

conservar la vida del paciente o para curarlo y que no constituyen para el paciente una carga grave desproporcionada a los beneficios que se pueden obtener. La no implementación de éstos incumbe a la responsabilidad profesional bajo la forma de negligencia.

 

ASPECTOS ÉTICOS, MORALES Y RELIGIOSOS

 

Etimológicamente, la palabra "ética" deriva del griego ethikós, una voz usada, entre otras cosas,

para designar el carácter o modo de ser de una persona adquirido por hábitos.

La Ética se expresa como un deseo de cumplir con nuestro deber solidario para con nuestros

semejantes.

Las leyes, los códigos de ética y deontológicos son disposiciones generales que rigen para todos los integrantes de la sociedad; por encima de las codificaciones, leyes y reglamentos, el hombre actúa respondiendo a los mandatos de su conciencia.

Ética y Deontología consagran el derecho del hombre a ser atendido y respetado según normas de igualdad, respeto y justicia acordes con la dignidad humana.

El disfrutar del más alto nivel alcanzable de salud es uno de los derechos fundamentales de cada ser humano sin ninguna distinción de raza, religión, creencia política, condición económica o social.

La Declaración de Tokio (1975) señala que " lamisión del médico es velar por la salud de la

humanidad, sus conocimientos y su conciencia deben dedicarse a la realización de esta misión..." La problemática médica asienta en los 4 postulados que fueran enunciados en 1979 por Beauchamp y Childress en el libro "Principles of Biomedical Ethics":

-No Maleficencia (No hacer daño), o "Primun non nocere"

-Beneficencia (Hacer para nuestros semejantes lo que haríamos para nosotros mismos)

-Autonomía (Respetar el derecho inalienable de todo ser humano para decidir por sí, para sí y sobre sí mismo)

-Justicia (Todos somos iguales ante la ley asumiendo que nuestros derechos terminan donde comienzan los del semejante).

 

EL CONTEXTO HISTÓRICO DE LA DECLARACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS

 

Deberíamos volver al año 1948, en que fue bosquejada la Declaración de las Naciones Unidas,

para entender cómo este documento se juzgó necesario para la vida. 1948 era la consecuencia de la segunda Guerra Mundial. Casi todo Europa había sido asolada. La pérdida de vida era inconcebible. Pero la pérdida de vida no empezó en los campos de batalla, ni con el

ruido de ejércitos o los actos de saboteadores.

Empezó en los vestíbulos de medicina, con los hechos de "misericordia" o eutanasia.

Más de 100.000 pacientes alemanes fueron eutanizados durante la Segunda Guerra Mundial.

Esas matanzas resolvieron el "problema" de pacientes no deseados en la Alemania nazi.

El problema de los "carenciados" en otras áreas (política, vida social, etc.) también fue resuelto

matando.

Esta destrucción brutal de la vida humana durante la segunda Guerra Mundial incitó a las naciones del mundo para concebir un documento que protegería a los seres humanos de las violaciones similares en el futuro.

La Declaración, hace del ser humano su hecho explícito, y hace de su protección una meta

universal.

Juan Pablo II, en su encíclica "El Evangelio de la Vida" define la Eutanasia como: "Adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin "dulcemente" a la propia vida o a la de otro".

Se considera esto como una "cultura de la muerte" que se ve en las sociedades del bienestar,

caracterizadas por una mentalidad eficientista, que va en contra de los ancianos y los más débiles, caracterizadas como algo gravoso e insoportable, aisladas por la familia y la sociedad, según lo cual una vida inhábil no tiene ya valor alguno. Y vuelve a definir la Eutanasia como una "acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor.

La Iglesia Reformista Holandesa ha adoptado una política- explicada en su publicación "La Eutanasia y el Ministerio"- que no impide quitarse voluntariamente la vida, cuando la enfermedad la vuelve intolerable.

La elección misma que se hace de las palabras indica la sensibilidad que demuestran los sacerdotes para establecer la diferencia entre este tipo de muerte y el suicidio de tipo ordinario o zelfmoord, que literalmente se traduce como asesinato de sí mismo.

En términos de una teoría Utilitarista de los derechos, la Eutanasia se nos muestra como una

opción más práctica en el caso de que se nos presente una existencia marcada por el dolor y sin posibilidades de felicidad. Desde esta perspectiva, la eutanasia es buena dados los dolores que se le quitan a quien los está sufriendo, se disminuyen los daños a la sociedad y se termina con una "carga" para la familia.

Para la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe el tema de la eutanasia se presta muchas veces a confusión. Esto se debe a la complejidad de algunas situaciones médicas y a la imprecisión con que muchas veces se manejan los términos.

Por todo ello es importante aclarar la enseñanza de la Iglesia Católica sobre este tema contenida en la Declaración sobre la Eutanasia de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. "Ante la inminencia de una muerte inevitable, a pesar de los medios empleados, es lícito en conciencia tomar la decisión de renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir, sin embargo, las curas normales debidas al enfermo en casos similares. Por esto, el médico no tiene motivo de angustia, como si no hubiera prestado asistencia a una persona en peligro".

El documento aquí está terminando de explicar la aplicación de los principios generales de los

"medios desproporcionados" y de los "medios proporcionados". "Ante la inminencia de una muerte inevitable, a pesar de los medios empleados..." Obsérvese que la inminencia de la muerte de la cual se habla aquí ocurre a pesar de los medios empleados y no por causa de retirar unos medios o por emplear otros (letales), ambos actos serían eutanásicos y por tanto

moralmente graves.

La Declaración se está refiriendo aquí a una situación en la cual la inminencia de la muerte se

presenta inevitablemente no importa qué se haga. * "... es lícito en conciencia tomar la decisión de renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia..."

Los tratamientos a los que se refiere la Declaración aquí son los que este mismo documento anteriormente llamó "medios desproporcionados", es decir, medios que sólo le infligen al enfermo cargas graves (en términos de dolor y sufrimiento) mayores que los beneficios que se suponía le iban a proporcionar.

Pero lo importante en este caso es observar que lo único que estos tratamientos pueden procurar es una prolongación precaria y penosa de la existencia. Es decir, y esto es de crucial importancia, los adjetivos precaria y penosa se refieren a la prolongación de la existencia del enfermo, no a la existencia misma.

Es decir, lo que se considera inútil o inservible, no es la vida del paciente, sino los medios que se han utilizado sobre él, los cuales, en este caso, lamentablemente, no han servido para curarle ni para mantener su vida sin sufrimientos graves.

En otras palabras, no es lo mismo decir: "podemos retirar unos medios que sólo procuran una

prolongación precaria y penosa de la existencia"; que decir: "podemos retirar unos medios que sólo procuran una prolongación de una existencia precaria y penosa".

La diferencia puede lucir sutil, pero es realmente abismal y distingue dos concepciones radicalmente opuestas de la vida humana.

En esas circunstancias es lícito retirar dichos medios. En otras ocasiones, en las que el intenso

dolor persiste, independientemente de los medios utilizados, es lícito proporcionarle al enfermo, si no hay otra alternativa, analgésicos adecuados, siguiendo los principios morales presentados en esta misma declaración. * "... sin interrumpir sin embargo las curas normales. Las "curas normales" se refieren, entre otras cosas, a la atención higiénica, a la ventilación, el agua y la alimentación que todo enfermo necesita.

Éstos forman parte de los "medios proporcionados" que no deben ser retirados al enfermo. En las últimas décadas se ha discutido mucho si el suministro de agua y alimentos por medios

intravenosos o por tubos constituye un "medio desproporcionado" y que por tanto se puede retirar.

El Catecismo de la Iglesia Católica, enseña lo siguiente: "Aunque la muerte se considere

inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente

interrumpidos. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados". La Declaración sobre la Eutanasia del Vaticano nos enseña: "...según la doctrina cristiana, el dolor, sobre todo el de los últimos momentos de la vida, asume un significado particular en el plan salvífico de Dios; en efecto, es una participación en la Pasión de Cristo y una unión con el sacrificio redentor que Él ha ofrecido en obediencia a la voluntad del Padre. No debe pues maravillar si algunos cristianos desean moderar el uso de los analgésicos, para aceptar voluntariamente al menos una parte de sus

sufrimientos y asociarse así de modo conciente a los sufrimientos de Cristo crucificado (cf. Mateo 27:34).

Otro tópico a tener en cuenta es el uso de los Analgésicos. Es moralmente lícito usar analgésicos para aliviar dolores agudos, aun en el caso de que abrevien la vida del paciente moribundo. Es aliviar un dolor severo y el aceleramiento de la muerte es sólo un efecto colateral anticipado. Proporcionar el analgésico está permitido. Para La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe es moralmente lícito usar analgésicos para aliviar dolores agudos, aun en el caso de que abrevien la vida del paciente moribundo.

 

LA VISIÓN ISLÁMICA

 

La guía dada al primer hombre, el profeta Adán, hasta el último profeta Muhammad, tiene un

acercamiento completamente diferente a la vida. Seguir sus principios básicos en los que sus

verdaderos creyentes piensan y actúan son: 1.El hombre no se ha dado vida, la vida se la ha

dado Alá, el Creador. 2. Alá proporciona amor y nutrición cuidadosa a toda la existencia en el universo (incluso los seres humanos) momento a momento y da ventura para el desarrollo pleno.

 

Suicidio

 

Los estados del Corán:

"Ni matar o destruir, Alá ha sido Muy Misericordioso". Y un Hadith del Profeta Santo le cuenta a dos compañeros que estaban con tal dolor por las lesiones recibidas que perdieron el valor y se

mataron. Por respeto a un compañero el Profeta Santo mencionó que Alá dijo: "Mi sirviente se acercó a mí y para que yo busque un paraíso ilegal para él." Sobre el otro, quien era un

guerrero distinguido, el Profeta Santo dijo: "A pesar de los grandes hechos desplegados por este

hombre y que en un solo acto borró todos sus servicios en la causa de Alá y lo condenó al

infierno."

Por estos mensajes es evidente que el suicidio se prohíbe absolutamente en Islam.

 

Asesinato

 

El Islam otorga gran respeto a la vida humana. Los humanos son las más nobles de todas las criaturas.

La vida humana es considerada inviolable, por consiguiente: "No será tomada una vida que Alá ha hecho sagrada por ninguna causa." "Si un hombre mata a un Creyente intencionalmente,

su recompensa es el Infierno, para morar en él (para siempre); y la ira y la maldición de Alá

están en él, y un castigo terrible ha sido preparado para él".

 

LEGISLACIÓN ACTUAL ARGENTINA

 

El Código Penal en el Libro Segundo "De Los Delitos" establece las normas relativas al derecho a la vida. El bien jurídico protegido es la vida de las personas. La vida de los seres humanos puede interrumpirse ya sea por el propio individuo, en cuyo caso hablamos de suicidio, o por terceros, homicidio.

 

CÓDIGO PENAL Ó TÍTULO 1 DELITOS CONTRA LA VIDA

 

-Homicidio (Art. 79, 80, 81, 82, 84)

-Aborto

-Suicidio (Art. 83)

El homicidio se puede clasificar en:

Doloso: simple, con agravantes, con atenuantes

Culposo: Impericia, Imprudencia, Negligencia, Inobservancia de los deberes a su cargo

Circunstancias especiales: Inimputabilidad, Riña, Duelo, Abandono de persona, Eutanasia, Tortura seguida de muerte, Privación de la libertad y muerte.

El Código Penal argentino no considera delito al suicidio. En cambio incurre en delito el que ayuda o instiga a otro para que lo haga.

Artículo 83: "Será reprimido con prisión de 1 a 4 años al que instigare a otro al suicidio o le ayudare a cometerlo, si el suicidio se hubiera tentado o consumado".

Es un delito doloso que sanciona tanto al acto consumado como a la tentativa, mediante la

colaboración directa (ayuda) o indirecta mediante la instigación que debe interpretarse como la acción de impulsar, inducir o incitar a alguien para que lleve a cabo esa acción.

Artículo 106: Sanciona con prisión de 5 a 15 años al que provocare la muerte por haber colocado a la víctima en situación de desamparo o abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que debía mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado. Este delito se encuadra como de naturaleza dolosa.

El médico puede provocar la muerte por acción u omisión. Se encuadra dentro de la instigación o

ayuda al suicidio o bien como homicidio.

El Código de Ética Médica de la República Argentina hace referencia a la Eutanasia en el

artículo 117: "En ningún caso el médico está autorizado para abreviar su enfermedad mediante

los recursos terapéuticos del caso".El médico debe defender la vida. En ninguna circunstancia debe hacer lo opuesto y es por eso y teniendo como base la legislación positiva, los diferentes códigos de ética defienden la vida. Nuestro Código de Ética Médica defiende la vida desde el momento de la concepción e incluye conceptos sobre la Eutanasia. La Ley de Ejercicio Legal e Ilegal de la Medicina se ocupa de estos conceptos en el Artículo 19, inciso 3: Los que ejerzan la medicina están obligados a respetar la voluntad del paciente en cuanto sea negativa a tratarse o internarse, salvo en los casos de inconciencia, alienación mental, lesionados graves por causa de accidentes , tentativas de suicidio. En casos de incapacidad los profesionales requerirán la conformidad del representante del incapaz.

El Juramento Hipocrático hace referencia diciendo... "no me dejaré llevar por ninguna súplica

que me convenza para suministrar a nadie ninguna droga letal como tampoco la aconsejaré..."

La Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial y el Código Internacional de Ética Médica obligan a: ..." velar con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aun bajo amenaza y no emplear sus conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas"... y ..."el médico debe actuar solamente en interés del paciente y no proporcionar atención médica que pueda debilitar la fortaleza mental y física de aquél..."

 

CONCLUSIONES

 

La eutanasia voluntaria es sumamente rara en situaciones donde se satisfacen las necesidades

físicas, emocionales y espirituales en enfermos terminales. Como los síntomas que incitan la

demanda para la eutanasia casi siempre se pueden manejar con terapias actualmente disponibles, nuestra prioridad debe ser asegurar esa calidad en el cuidado terminal.

La Legislación que permite la eutanasia voluntaria pude resistirse firmemente alegando la existencia de alternativas eficaces (cuidados paliativos).

La ley es una educadora muy poderosa de la conciencia pública y esto se observa cuando una

práctica se legaliza. Ésta puede ser aceptada y practicada ampliamente en una sociedad, sin

remordimientos. Esto se demostró dramáticamente en la Alemania Nazi.

El modelo clásico de buena muerte que llega hasta los inicios del siglo XX, es decir, aquella que da aviso, que permite despedirse de los seres queridos, donde el moribundo hace un descargo frente a los suyos, ha sido reemplazado por un modelo institucionalizado, anónimo y deshumanizado. Los pacientes van a morir al hospital. El que va a morir pierde dominio y control de su propia muerte, y esta individualización la convierte en un hecho pudoroso. Este proceso del buen morir actual es parte de un programa cultural general por el cual la buena muerte ya no es la cronificada sino la muerte súbita, accidental, que sobrepasa al individuo.

Que una persona muera en un respirador, además de ser una situación totalmente inhumana, habla de lo que hemos aprendido de nuestro actual sistema de vida. Que un paciente sin posibilidad alguna de recuperación sea sometido a un sinnúmero de prácticas desproporcionadas, que sólo sirven para prolongarle la agonía, constituye una expresión de

distanasia.

Los cuidados paliativos representan una alternativa válida para ofrecer una muerte digna a los pacientes terminales, pero sería ilusorio creer que constituyen la solución a todos los casos. Prueba de este fracaso es la creciente permeabilidad social y profesional que se advierte en ciertos países del Primer Mundo ante la posibilidad de que el paciente opte por eutanasia pasiva o incluso el suicidio asistido, respondiendo de esta manera a un autonomismo

extremo.

El disfrutar del más alto nivel alcanzable de salud uno de los derechos fundamentales de cada

humano sin ninguna distinción de raza, religión, creencia política, condición económica o social.

La diversidad de las conductas a través de los siglos y actualmente en numerosos países deja abierto debate que los tiempos no han podido dilucidar.

Para que exista la muerte debe existir la vida, pero... ¿Es posible desdoblar esa unión indisoluble que moral, la ética, la religión y las disposiciones legales han condenado?

O adoptaremos un utilitario ético, donde la muerte se juzga una solución y el enfermo, el débil, y

necesitado simplemente se elimina?

Éste es el desafío a la medicina de hoy.

 

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5.Código de Etica Médica de la Confederación Médica de la Reública Argentina

 

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